
Cuando nuestros hijos son pequeños, nos preocupamos mucho de que estén sanos: los llevamos al médico, controlamos todo lo que comen, les ponemos crema solar cuando salen a la calle y mucho más. Sin embargo, a medida que crecen y son más autosuficientes, muchos de nosotros dejamos de ocuparnos tanto de ellos. Por supuesto, dar a nuestros hijos adolescentes y preadolescentes su independencia es increíblemente importante para su autodesarrollo, pero hay algunas cosas en las que deberíamos participar activamente, como el cuidado de su salud. Aquí te dejamos algunas formas en que los padres de adolescentes pueden ayudar a sus hijos a mantener al día su atención sanitaria preventiva:
Programa citas con el médico.

Los preadolescentes y los adolescentes deben ir al médico para someterse a revisiones anuales (un buen momento para hacerlo es al final del verano, justo antes de que empiece el curso escolar). No te olvides de agendar otras citas médicas rutinarias, como citas con el dentista, el ortodoncista y cualquier otro especialista necesario (dermatólogos, fisioterapeutas, optometristas y alergólogos).
Manténte al día con las vacunas.

Las vacunas son increíblemente importantes para prevenir enfermedades graves y la mayoría de los padres saben que los niños reciben muchas de sus vacunas durante los primeros años de vida. Pero cuando los niños llegan a la adolescencia, hay algunas otras vacunas que deben recibir, como la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), que protege contra determinados tipos del VPH. El VPH causa la mayoría de los casos de cáncer de cuello uterino y al menos otros cinco tipos de cáncer (algunos de los cuales afectan a los varones). Asegurarte de que los adolescentes estén vacunados es una forma sencilla de protegerlos contra el cáncer. La vacuna contra el VPH es para niños y niñas, y el momento ideal para vacunarse es entre los 9 y los 12 años. Si tus hijos no se han puesto al día, aún pueden hacerlo; la vacuna se recomienda hasta los 26 años. Como padres, queremos proteger a nuestros hijos de cualquier problema de salud, especialmente de enfermedades graves como el cáncer; vacunar a tus hijos contra el VPH les protege del cáncer y hasta podría salvarles la vida.
Prepara comidas nutritivas.

Aunque tu hijo preadolescente o adolescente probablemente esté bien entrenado para prepararse sus propios snacks, lo más probable es que tú sigas haciendo la mayor parte de la compra y preparando la cena. Intenta crear platos nutritivos y equilibrados para toda la familia. También es una buena edad para que tus hijos se involucren en la cocina.
Presta atención a lo que entra y usan en sus cuerpos.

Muchas cosas cambian cuando los niños llegan a la adolescencia: sus hormonas cambian, su metabolismo puede modificarse y sus hábitos de consumo pueden cambiar. Los padres pueden ayudar a inculcar hábitos saludables, no solo con la comida, sino también con otras sustancias. ( Recuérdales que no usen vapeadores, no fumen cigarrillos ni beban alcohol.) También es un buen momento para enseñar a los preadolescentes y adolescentes a cuidar su piel, desde la limpieza y la hidratación hasta la protección diaria contra el cáncer de piel.
Busca formas de mantenerse activos en familia.

Mantenerse activo puede ser beneficioso tanto para la salud física como para la mental, así que intenta participar en actividades familiares que los mantengan activos a todos. Vayan de excursión al bosque, jueguen juntos al tenis en un parque local, vayan a una clase de yoga o simplemente lancen una pelota al patio. También es una forma estupenda de estrechar lazos familiares.
Hablen sobre la salud mental.

Durante la pandemia de COVID-19, la Academia Americana de Pediatría y otras organizaciones declararon una emergencia nacional en salud mental juvenil. Aunque los datos muestran cierta mejoría en la salud mental de los adolescentes, sigue siendo importante tomarse en serio sus problemas de salud mental. Familiarízate con los signos de ansiedad y depresión, y no tengas miedo de buscar ayuda profesional si la necesitas.