Salma Hayek es una de las mujeres latinas más poderosas de Hollywood y acaba de provocar un nuevo terremoto que seguro remueve muchas conciencias al denunciar públicamente que también fue una de las víctimas del productor Harvey Wenstein.
Lo ha hecho en las páginas del periódico The New York Times y su testimonio es realmente desgarrador. Las palabras de la actriz mexicana nos duelen a todos porque ninguna mujer –ni ningún hombre– debería tener que decir "No, no, no, no, no …".
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"Harvey Weinstein también es mi monstruo".
La actriz mexicana ha publicado este 13 de diciembre una columna de opinión en las páginas del periódico The New York Times en la que relata el infierno que vivió siendo víctima del productor de Hollywood.
Salma Hayek nunca pensó que algún día sería ella la que tendría que decir "no".
"No a abrirle la puerta a cualquier hora de la noche, hotel tras hotel, locación tras locación, donde se presentaba de forma inesperada, incluso en locaciones donde estaba grabando una película en la que él ni siquiera estaba involucrado", relata la actriz veracruzana.
Asegura que el productor intentó ducharse con ella y practicarle sexo oral.
"No a ducharme con él, no a dejarle que me viera duchándome, no a permitirle que me diera un masaje, no a permitirle que un amigo suyo desnudo me diera un masaje, no ha permitirle que me practicara sexo oral, no a tener que desnudarme con otra mujer. No, no, no, no, no …".
Incluso llegó a recibir amenazas de muerte de Weinstein.
"Sus tácticas de persuasión iban desde hablarme con dulzura hasta una vez en la que, en un ataque de furia, en la que me dijo unas terribles palabras: 'Voy a matarte, no creas que no puedo hacerlo' ", denuncia la protagonista de Frida.
Todo comenzó cuando empezaron a trabajar juntos en la película 'Frida'.
"No me importaba el dinero; estaba tan emocionada por trabajar con él y con su empresa. En mi ingenuidad, pensé que se había hecho realidad mi sueño. Él había dando sentido a mis últimos catorce años de vida. Había apostado por mí", rememora Salma del momento en que sus vidas se cruzaron.
Su brillante interpretación de la pintora valió un premio Oscar.
Salma se convirtió en la primera actriz mexicana en recibir el máximo galardón de la Academia de Hollywood en 2002, pero entonces nadie sabía el infierno que estaba sufriendo.
"¿Por qué tenemos que pelear con uñas y dientes para mantener nuestra dignidad?"
"Pero ¿por qué tantas de nosotras, las artistas, tenemos que ir a la guerra para poder contar nuestras historias si tenemos tanto que ofrecer?", reflexiona la actriz en la misma columna de opinión.
Gracias por tan valiente testimonio Salma Hayek.
"Espero que al agregar mi voz al coro de quienes por fin pudieron hablar ayudaré a entender por qué fue tan difícil hacerlo y por qué tantas de nosotras esperamos tanto tiempo. Los hombres acosan sexualmente porque pueden. Y las mujeres estamos hablando porque, en esta nueva era, por fin podemos hacerlo.", concluye la actriz con unas palabras que solo podemos aplaudir y confiar en que esta lacra termine de una vez por todas.