Suena la alarma. Preparas a tus hijos mientras te vistes para ir a trabajar. Luego, regresas agotada a casa. Comienzas las tareas de los niños y las del hogar. ¡Uf! De escribirlo, ya me cansé. Pero no todo es tan complicado como parece: somos maravillosas y logramos maravillas. Y, con estos tips, tal vez encuentras esa estrategia para lograr el balance entre trabajo y maternidad.
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Deja a un lado la culpa
Ya puedes imaginar que la culpa es un sentimiento común entre nosotras. Pero es conveniente dejarla a un lado, pues ser madre y trabajar no es una combinación equivocada. Recuerda las ventajas de trabajar —como poder pagar la escuela, llevar comida a la mesa, tal vez matricular a tus niños en clases extracurriculares o hasta ahorrar para college. Trabajar es algo que haces para ti y para tus hijos, y no hay nada de malo con hacer ambas cosas.
El balance es la clave
¿Cómo se logra el balance? Cuando te enfocas en las prioridades de cada momento, consigues darle importancia a lo que lo amerita. Recuerda que no todos los días van a ser perfectos; habrán unos en los que el trabajo será la prioridad y otros en que tus hijos tomarán el primer lugar.
Trabaja desde la casa y la oficina
Usa tu tiempo libre para ponerte al día con tus labores, ya sean los del hogar o los de la oficina. Por ejemplo, paga la cuenta del agua o el carro desde tu trabajo –cuando estés en tu hora de almuerzo–, y verifica los emails por la noche, cuando tus hijos se acuesten.
Sé estratégica cuando hagas ‘multitasking’
Todas tenemos que hacer más de una cosa a la vez. Entonces, organízalas de manera estratégica. Por ejemplo, si tienes que trabajar, y tus hijos tienen que hacer tareas, háganlo a la misma vez. Así les das el ejemplo de que tú también te enfocas y esfuerzas, mientras estás ahí con ellos por si les surge una duda.
Trabaja en un espacio céntrico dentro del hogar
Si trabajas desde el hogar, hay quienes recomiendan escoger un lugar lejos de todos, para que puedas trabajar sin que nadie te interrumpa. Sin embargo, cuando tienes hijos, es diferente. Mejor, opta por colocarte en un espacio céntrico, donde tengas privacidad, pero puedas escuchar todo lo que sucede a tu alrededor. Además, es importante que los pequeños sepan que estás presente, aunque no te vean.
Tu meta mañanera: que nadie llore
Presencias drama todas las mañanas, así que no pretendas tenerlo todo organizado tan pronto madruges. Usa técnicas para que tus hijos se vayan a la escuela tranquilos y sin lágrimas, y si entre estas se encuentra que de vez en cuando duerman con la ropa con que irán a la escuela, pues perfecto.
Habla con tu empleador
Ya sea tu jefe o el personal de Recursos Humanos, no temas en comunicar tus necesidades como madre. Eso sí, haz un plan organizado de lo que necesitas, y sé realista. Explícales si te conviene salir una hora antes del trabajo para buscar a los niños a la escuela, y cómo puedes recompensar ese tiempo por las mañanas o noches. No tengas miedo a plantear tu plan, pues como dicen por ahí: "Hablando es que la gente se entiende".
Cómprate una laptop
No sabes cuántas veces trabajo desde la clase de soccer de mis hijos. Mientras ellos se divierten, hago tareas laborales y veo uno que otro gol. Todos ganamos cuando aprovechamos el tiempo.
Maneja tu tiempo
A veces es inevitable entrar en una que otra conversación con los compañeros de trabajo, y eso está bien. Sin embargo, si todos los días sacas varios ratos para conversar o distraerte, entonces no estás aprovechando al máximo el tiempo en la oficina. Lo mismo sucede en la casa, que tal vez verificas tus emails cuando estás con los niños, y te enfocas en otros asuntos laborales que puedes hacer después. Sé disciplinada, pues así maximizarás el tiempo de calidad que les dedicas a ambas cosas.
Saca ratitos para ti
No todo es el trabajo, ni tampoco los niños. Para que las cosas funcionen, tienes que empezar por ti; por tu paz y tu felicidad. Saca ratos para hacer lo que te gusta, y verás cómo todo cae en orden. Cuando mamá está feliz, todos están felices.