Comer en familia te ayudará a mantenerla unida y amorosa

En mi familia había una regla que nadie podía romper: la hora de comida es sagrada. Así es que lloviera, tronara o relampagueara, todos debíamos estar reunidos a la mesa a las 2:30 de la tarde en punto. Si se quería faltar a la cita, había que pedir un permiso muy especial.

A la hora de la comida no se contestaba el teléfono, no se atendía la puerta, se apagaba la televisión. Y aunque estas reglas en mi adolescencia pudieron alguna vez parecerme inútiles, hoy las agradezco y trato de inculcarlas en mi propia familia, porque me dejaron grandes enseñanzas que en esta ocasión comparto con ustedes.

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1. Ayuda a la unión familiar: El tener al menos un momento al día en que toda la familia está reunida ayuda a crear lazos que permanecerán durante toda la vida.
 
2. Inculca buenos hábitos alimenticios:  Al sentarse, sin distracciones, a comer y enfocarnos única y solamente a esta actividad, nos ayuda a moderar la cantidad de alimentos que ingerimos, a estar conscientes de lo que comemos y a poner atención en la calidad de lo que llevamos a nuestra boca.
 
3. Es una manera de mostrarnos amor: Empezando por la persona que prepara la comida y que se ocupa de llevar lo mejor que se pueda a la mesa, hasta la presencia de los comensales que valoran los alimentos preparados, es una manera de agradecer y mostrarnos nuestro amor.
 
4. Enseña buenos modales en la mesa: Es un hecho inminente que mucha de la socialización humana ocurre alrededor de la comida. Tener buenos modales en la mesa es algo que tarde o temprano debemos aprender. Qué mejor que esto ocurra en casa y no tras pasar alguna vergüenza en público.
 
5. Nos expone a distintos alimentos: El lograr que los pequeños coman lo mismo que los grandes siempre es un reto. Sin embargo, el observar lo que los mayores comen muy probablemente los haga, en un futuro, estar abiertos a probar distintas clases de comida.
 
6. Nos crea una herencia culinaria: ¿Quién no recuerda con nostalgia los platillos que preparaba la abuela? ¿O aquella receta de familia que se guardaba celosamente para las ocasiones más especiales? Los alimentos que ponemos sobre la mesa son parte de nuestra historia y definen nuestra identidad cultural.
 
7. Es una oportunidad para crear ritos y costumbres familiares: Ya sea el decir una oración al iniciar, agradecer al final de la comida o darnos tiempo para una tertulia o sobremesa, el comer en familia es una oportunidad para ir creando costumbres que pasemos de generación en generación.
 
8. Es un momento para tocar temas de importancia: Puede ser un acontecimiento que preocupe al mundo entero o a la nación, o un asunto que competa solamente a la familia, sin embargo este momento en el que nos encontramos naturalmente unidos es el momento ideal para poner "sobre la mesa" temas que merecen la pena abordar.
 
9. Ayuda a identificar problemas a tiempo: El darnos un tiempo diario para convivir con nuestros hijos, nos ayuda a conocerlos mejor y poder identificar cuando tienen una inquietud o pueda surgir algún problema.
 
10.Abre un canal de comunicación para los hijos: De la misma manera, presenta la oportunidad para que los pequeños puedan expresar sus opiniones y comunicarse de una manera más natural con los padres.
 
 A lo mejor te puede parecer complicado el establecer en un inicio la rutina para comer en familia. Puedes empezar por hacerlo una vez por semana, al cabo del tiempo será un hábito que no te arrepentirás haber inculcado en casa y que todos agradecerán.

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