¿Has oído hablar de los masajes reductores? Se trata de unos masajes diseñados para romper las celdas de grasa en zonas localizadas del cuerpo. Yo me he hecho y a decir verdad funcionan. El problema es que son caros y bastante dolorosos. La solución ideal para mí, que vivo peleando con la barriga, fue aprender a dármelos yo misma. No voy a decir que son iguales de efectivos que los que me dio la profesional, pero me han seguido reduciendo la circunferencia. Así que te los recomiendo.
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Como te dije antes, es importante que entiendas que las áreas del cuerpo donde hay más grasa son las que más duelen cuando las aprietas. No voy a entrar en una explicación biológica, aunque si te interesa déjame un comentario y te la escribo, pero es una realidad, entonces hay que ser valiente. Sin la decisión de aguantar, todo lo demás no va a servir de nada. Luego sigue esto:
1. Colócate crema en el área abdominal. La idea es que tus manos puedan deslizarse bien por la piel.
2. Ponte una toalla u otro paño lo más caliente que aguantes en el área.
3. Comienza a recorrer la zona en movimientos circulares tan amplios como puedas y ve reduciendo la circunferencia. La idea es hacer que la sangre circule cada vez más fuerte por ahí.
4. Una vez que sientas que el área está caliente, agarra la mayor carne que puedas y haz como si estuvieras amasando una masa para hacer pan, lo más fuerte que puedas. Agarra pedazos generosos. No te pellizques. Imagínate que dentro de los cauchitos hay bolitas que pueden ser destruidas con esfuerzo.
5. Cuando piensas que no puedes más, regresa a dar los masajes circulares y repite el proceso, incluendo la amasada.
6. Termina el masaje con otra aplicación de los paños calientes y aplícate la crema que más te guste.
Te los debes hacer con un día de por medio.
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