Lakisha Mitchell, una mamá de 40 años, perdió la batalla contra el cáncer de mama. Por fortuna, murió en los brazos de su esposo, Breonuss Mitchell, quien estuvo a su lado desde que Lakisha fue diagnosticada. Pero mientras el pastor de la Iglesia del Gran Templo de Gracia, en Nashville, Tennessee, llora la muerte de su mujer y madre de sus dos hijos, también tiene el mejor de los motivos para celebrar. Y es que lo que hizo Lakisha es algo increíble que sólo el amor de madre puede lograr.
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Cuando Lakisha fue diagnosticada con cáncer de mama, descubrió que estaba embarazada de su segundo hijo. En un increíble acto de desprendimiento y de amor por la vida, esta valiente mujer tomó la decisión de su vida.
Lakisha decidió no hacerse el tratamiento de quimioterapia para proteger a la criatura que llevaba en su vientre. Sabía que si bien su decisión haría que el cáncer avanzara más rápido e incluso acabara con su propia vida, también podría significar que su hijo por nacer viniera al mundo sano.
Y exactamente eso fue lo que pasó. Lakisha resistió los nueve meses de embarazo y dio a luz al pequeño Brennon. Luego de que la criatura nació, fue evidente que a su mamá le quedaba poco tiempo. Pero ella tuvo el coraje de grabarle unas canciones de cuna y decirle lo mucho que lo quería.
Estoy en lágrimas de sólo pensar cómo sería si no pudiera cuidar a mis hijos, criarlos y sacarlos adelante. Pero creo que Lakisha apostó por la vida. Yo habría hecho lo mismo. Y ahora su hijito crecerá al lado de su papá y su hermanito.
Creo que Lakisha se ganó el cielo. Y que nosotras no debemos descuidarnos y sí hacernos el autoexamen de los senos una vez a mes. Si tienes más de 35 años, además debes hacerte una mamografía al año.
Imagen vía News Channel 15