No voy a decir que la tienen agarrada con la "pobre" Kim Kardashian, porque si algo tiene la ahora señora West (que lo tiene todo, menos lo que no se puede comprar) es que de pobre no tiene nada. Trabalenguas aparte, no pude sino soltar la carcajada cuando me enteré de que se anda especulando que la más popular de las Kardashian–ahora convertida en modelo viviente de alta costura a pesar de su corta estatura y dramáticas curvas–, se sometió a una liposucción de los dedos gordos de los pies para poder calzarse los zapatos que lució a propósito de su despedida de soltera en París y su boda en Florencia. ¿No te parece increíble?
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Pues a mí no. Por el contrario, de Kim y su marido creo todo. Me refiero a que él, que se comporta como si de "verdad" fuera alguien superior, ha tenido el tupé de decir que ella es más influyente que Michele Obama ¡sin comentarios!
Kim por su parte, tiene un rostro ciertamente precioso y en su peculiar estilo, al menos después de que se convirtió en mamá, luce generalmente espectacular, pero se empeña en negar cualquier intervención quirúrgica para mejorar su apariencia. Sin embargo a mí me resulta más que evidente que se hizo la rinoplastia, se inyectó los labios para hacerlos más carnosos, tiene implantes de mama, y se ha hecho varias liposucciones (antes y después del embarazo) para tener el vientre plano y la cintura de avispa.
Es más, he llegado a la conclusión de que si Kim no se ríe, no es por querer ser más enigmática que Greta Garbo, sino porque es tanto lo que le han inyectado en la cara (además del Botox en la frente y alrededor de los ojos), que ha quedado como petrificada. Es decir, bella pero con la expresión congelada.
Si además de esa impresionante historia médica, alguien es capaz de vestirse para su despedida de soltera con un traje que por momentos evocaba una armadura medieval y al mismo tiempo parecía como si fuera una tetera antigua, tal como hizo la mamá de North unas horas antes de su boda, cuando apareció enfundada en aquel fatídico traje de Balmain inspirado en los huevos Fabergé, entonces no me sorprende que se haya hecho una liposucción en los dedos gordos de los pies para ponerse unos zapatos a tono.
Total, Kim es famosa porque le encantan unos stilettos y ni aun embarazada, cuando era evidente que sufría de edema a juzgar por la hinchazón de sus pies, dejó de encaramarse en aquellos tacones de aguja. En fin, si se hizo o no la lipo en los dedos gordos de los pies, a quién le importa.
Pero conociéndola, no dudo que se halla hecho su Loub job, que es como los podiatras y cirujanos llaman a este procedimiento quirúrgico mediante el cual se succiona grasa de los dedos gordos de los pies para que las mujeres puedan calzarse los puntiagudos tacones de aguja que han hecho famoso al diseñador Christian Louboutin.
Imágenes váa Bossip Official/Instagram, Getty Images