Mucho hablamos sobre nuestra cultura latina machista que por generaciones ha ganado una reputación terrible. Yo misma he sido vocera de la desigualdad de géneros y de cómo esto nos ha afectado en nuestra evolución social.
Es refrescante pensar que posiblemente para la generación de mi hija y otras por venir la realidad pueda ser diferente. ¿Cómo es eso? Pues me refiero a un estudio que asegura que hoy día más hombres parecen echar a un lado sus actitudes machistas cuando se convierten en padres de niñas. Así es, sueñan con la promesa de un día ver a sus hijas en roles menos tradicionales y se vuelven más conscientes que nunca de las disparidades en el mundo en el que ellos se desenvuelven.
¿Será que nuestras hijas pueden ayudar a romper barreras del machismo que sus padres, abuelos y bisabuelos perpetuaron por tanto tiempo?
Yo vengo de una familia donde mis dos abuelas trabajaban. Para esa época, en pueblo pequeño donde el machismo imperaba, era poco común ver a una mujer con pantalones (pero ¡en tacones!) ir a la oficina. De hecho, mi abuela Ramona era la que traía el cheque a la casa cuando mami era una chica. Cuando yo era chica el cheque lo traía papi (mami manejaba las finanzas del hogar), pero él también cambió pañales, nos llevaba a la escuela y ayudó en la crianza de los cinco hijos. No eran mundos libres de machismos para nada, pero tuve la suerte de que mi papá siempre me dió alas para crecer, me apoyó (y continúa haciéndolo) en mi desarrollo profesional y me ayudó a entender mi validez como mujer. Ése no era el caso con muchas de mis amigas.
De acuerdo al estudio, puede que esta realidad esté cambiando, y más niñas gocen de mi suerte que lo que se ha visto ser el patrón durante demasiado tiempo. Falta que se conviertan en padres de niñas para que al fin estén claros de no querer verlas nunca junto a hombres que les den más importancia a sus propios intereses que los de ellas, ni gozando menos oportunidades que los varones de su generación. El que un padre hoy celebre los éxitos de su niña tanto en el baile como sus medallas de ciencia o matemáticas es algo prometedor. El que exija que se respete a su hija(y aprenda de ella la importancia de él también respetar a otras mujeres) es fantástico y merece estrellitas de ´buena conducta´, pero es cambio que ellos se tienen que creer de verdad y que tienen que practicar.
Puede que esto solamente no sea una fórmula segura para que mi hija o la tuya crezcan en un mundo libre de machismo, pero es un primer paso que debe seguir con una marcha de muchos papás reconociendo que en el mundo en el que vivimos las mujeres también somos líderes, tenemos éxito en todo tipo de industrias y merecemos vivir sin discriminación y con respeto (en casa por parte de nuestros padres y esposos, y en la calle por parte de nuestros colegas y amigos).
Imagen vía Oscar Maltez/flickr