De acuerdo con los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer de mama es igual de frecuente en las mujeres de países desarrollados, como en las mujeres que viven en los que aún están en desarrollo. Desgraciadamente, es un tipo de cáncer que provoca gran mortalidad en la población femenina así que la prevención es fundamental. Por lo tanto, te pido que tomes en cuenta estas estrategias de prevención, más que para asustarte, para que se conviertan en tus aliadas.
Más en MamásLatinas: Famosas que han batallado y vencido al cáncer de seno.
La prevención de cualquier desorden en el organismo siempre partirá de tener hábitos de vida saludables y en el caso de la prevención del cáncer de mama, esto no es la excepción. Cuando pones orden y estructura en tu estilo de vida, la calidad de tu salud se verá reflejada en todos los sentidos. Prevenir que tu organismo sufra daños o esté susceptible a desarrollar una enfermedad, es parte del amor propio que te debes dar día con día y en este caso, los especialistas recomiendan esta información que te comparto.
Es importante la autoexploración.
Es una regla básica que debe formar parte de tu lista de hábitos de todos los días. Es recomendable hacer esta dinámica a la hora de bañarte porque ahí tienes oportunidad de detectar cualquier anomalía que sientas en tus mamas o axilas. Tienes que estar atenta a cualquier bulto extraño que percibas al tacto y también del color, aspecto y forma de la mama. Tu organismo es sabio y siempre da señales de cuando algo anda mal así que hazle caso a tu intuición y hazte una revisión médica sin notas algo fuera de lo normal.
Si tienes la posibilidad, amamanta a tus bebés.
Muchos especialistas en oncología, recomiendan la lactancia como una forma de prevención de cancer de seno. Incluso, investigaciones recientes demuestran que mientras más largo sea tu periodo de lactancia materna, más protegida estarás contra el desarrollo de células cancerígenas del pecho. La explicación es que dar de mamar a tu bebé es parte del proceso natural y fisiológico que cumple una función del organismo y por lo tanto, al llevar a cabo dicha acción, se cierra un ciclo que impide alteraciones.
Supervisa junto a tu médico la ingesta de anticonceptivos.
Aunque este tipo de cáncer se asocia con mujeres de edad avanzada, la mujeres jóvenes no están excentas y hay estudios que determinan que quienes tienen ingesta de anticonceptivos podrían generar una concentración alta de hormonas que expone el tejido de los senos a ciertos cambios que podrían incidir en la salud, por lo que se sugiere no consumir las pastillas de forma indiscriminada. Hazlo siempre bajo supervisión médica, pues tu ginecólogo te dará siempre el método apropiado para tu organismo.
Toma precauciones ante la terapia de estrógeno.
La terapia de estrógeno y progesterona puede aliviar los síntomas de la menopausia, sin embargo, las dosis necesitan ser adecuadas, para que el riesgo del desarrollo de células cancerígenas no aumente. El estrógeno aumenta las células mamarias así que si hay una exposición prolongada, podrías estar corriendo riesgo. Claro que esto es algo que te irá informando tu médico de confianza por lo que debes acercarte siempre al especialista adecuado para este tipo de terapias y tu ginecólogo será el indicado.
Visita periódicamente a tu ginecólogo.
Esto es algo que puede salvar tu vida, una detección a tiempo por un profesional puede hacer la diferencia, así que tus revisiones deben ser periódicas, no necesitas sentirte mal o esperar a tener alteraciones para una revisión, es sugerible que tus chequeos sean programados. Si tus senos presentan cambios de color, textura o tamaño, así como abultamientos, enrojecimiento o secreciones oscuras, es sumamente importante que acudas de inmediato con tu ginecólogo, para que descarte cualquier complicación.
Ponte más atenta si tienes antecedentes familiares de cáncer de seno.
Habla con tu médico, y comunícale tus antecedentes familiares, así podrá hacerte pruebas de detección y determinar la periodicidad con la que debes visitarlo para las revisiones pertinentes, tu también debes hacerte revisiones de exploración diarias.
Evita el exceso de bebidas alcohólicas.
Su consumo está asociado con diferentes tipos de cáncer y en el caso del cáncer de mama, las investigaciones dicen que el alcohol afecta la descomposción de la hormona de estrógeno, por lo que puede aumentar su cantidad en sangre y por lo tanto resultar un factor de riesgo. Esto, sumado a otras variables como los antecedentes familiares, puede ser un detonante que puedes evitar.
Cuida tu alimentación y tu peso.
No necesitas esperar a que lleguen los primeros síntomas de la menopausia para considerarte en riesgo, recuerda que hay otros factores y entre ellos se encuentra tu estilo de vida. Si tu calidad de nutrición y de autocuidado no es buena, te pones en riesgo. Por otro lado, después de la menopausia, los ovarios no producen estrógeno. Un exceso de tejido adiposo puede aumentar los niveles de estrógeno e insulina, que están relacionados con este tipo de cáncer.
Práctica ejercicio.
Nada mejor para la salud en general que practicar un deporte, es algo que te mantiene en forma en todas tus dimensiones, esto implica que fisica, emocional y mentalmente estarás en óptimas condiciones. Un cuerpo en movimiento produce el balance hormonal y el equilibrio que el organismo necesita para mantenerse sano. Existen muchos estudios que demuestran que las mujeres que hacen actividad física al menos 3 horas a la semana tienen entre un 30 % y un 40 % menos de riesgo de cáncer de mama. Esto se aplica a todas las mujeres, independientemente de sus antecedentes familiares o de cáncer de mama.
Toma vitamina D.
Consume alimentos que la contengan o tomala en suplementos. Algunas investigaciones arrojan datos que indican que la vitamina D ayuda al crecimiento normal de las células de mama e incluso, puede detener el crecimiento de células cancerígenas. Esto implica que su consumo puede impedir la metástasis y la expresión de los tumores.