John Franklin Riggs se ganó el titulo de héroe. Nadó durante cinco horas para buscar ayuda y rescatar a su familia, luego de que el barco en el navegaban, se hundiera como consecuencia de una tormenta, en las costas de Maryland.
No me quiero imaginar la angustia de este hombre, quien nadó tres millas de noche, en medio de la feroz tempestad. Además, en la oscuridad escaló las rocas al llegar a la costa y jadeante tocó la puerta de la primera casa que encontró. Todo eso lo hizo con la esperanza de rescatar a su familia de un naufragio en Maryland.
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Era de madrugada y los ladridos de los perros despertaron a Angela Byrd, la buena samaritana que abrió la puerta a John, un padre de 46 años, quien llegó empapado, descalzo y físicamente agotado.
Inmediatamente llamaron al 911 y se activó todo un operativo de rescate que incluyó a los bomberos, la guardia costera y la policía de Maryland. Los entendidos dicen que las gigantescas olas en la bahía de Chesapeake son las peores que hayan visto en años.
Cuando finalmente fueron rescatados, la esposa de John, Contessa Riggs, contó como se aferró a los restos de la embarcación por cinco horas con su hijito de tres años. Con ella estaban su papá de 70 años y una sobrina de 9. Afortunadamente todos resultaron ilesos y ahora John es el héroe de la familia.
Y yo digo que somos del tamaño de los retos que enfrentamos y que basta que nos veamos frente a una circunstancia como la que enfrentó John, para sacar fuerzas de donde no las tenemos y vencer la adversidad. Bravo por Joh, y que afortunada su familia de tenerlo.
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