Limpiar la casa no es una tarea que todas las personas disfrutan. Si eres una de ellas, debes saber que existen hábitos que podrás aplicar y que harán que cada uno de los espacios de tu hogar permanezcan limpios por más tiempo, pero con menos esfuerzo.
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Organizar los días de limpieza es de gran ayuda, pues limpiar todo en un día suena abrumador y, muchas veces, irreal. Hay lugares específicos, como el baño, que no se tiene que limpiar todos los días. En mi caso, semanalmente hago una limpieza superficial, en donde solo me enfoco en mantener todo desinfectado. Evita que el polvo y el sucio se acumulen en tu casa y esto te ponga de mal humor. Sigue estos consejos para que todo quede impecable en menos tiempo. ¡Toma nota y aplícalos en tu hogar!
Elimina los jabones de barra y usa jabón líquido únicamente.
Para que el baño no tenga moho, ni verdín, te sugiero que no te bañes con jabón de barra, sino con uno líquido. Este tipo de jabón se lava con facilidad y no deja residuos. Notarás que las salpicaduras son fáciles de remover y, sobre todo, no requerirás mucho tiempo para hacerlo.
Divide y organiza el día de limpieza.
Para que la tarea no sea tan abrumadora, divide el día de limpieza en varios y solo limpia por una hora. Por ejemplo, los baños hoy, un cuarto mañana y la cocina al día siguiente. Con este método verás que, durante la semana, la casa permanece limpia por más tiempo.
Dedica un día para aspirar toda la casa.
No recojas, aspires y limpies el mismo día porque vas a terminar agotada y de mal humor. Aspira un día únicamente y deja la limpieza para los otros días. Realizar las tareas, diviéndolas por días, hará que las labores domésticas no se vuelvan tediosas.
Cocina y limpia al mismo tiempo para evitar regueros.
La regla de oro, para siempre tener la cocina, limpia es cocinar y limpiar al mismo tiempo. Mete todo lo que puedas en el lavador de platos automático para que siempre tengas ese espacio limpio.
Si no tienes este "ayudante", sigue el consejo que te voy a dar: A medida que estás cocinado, ve lavando cada olla, cuchara, cuchillo o cualquier otro cubierto o utensilio que ensucies. Antes de sentarte a la mesa, asegúrate de que todo quede limpio, pues cuando termines será más sencillo lavar solo los platos, cubiertos, vasos o copas. ¡Listo!
Báñate y limpia al mismo tiempo también.
Lo mismo puedes hacer en la ducha. Venden cepillos y esponjas para limpiar las paredes y la bañera. Al final de cada baño pasa el cepillo. O, bien, incluye los implementos de limpieza antes de meterte a la ducha y una vez que acabes, aprovecha y deja limpio todo. Los baños son de los espacios que más requieren limpieza en una casa.
Lava todo en el lavador de platos automático.
El lavador no es únicamente para lavar platos y vasos. Ahí puedes meter juguetes, productos de baño y cualquier otro tipo de objetos de plástico, vidrio o metal. Aprovecha este aparato que tienes en tu cocina y que, hasta ahora, pensabas que era solo para los utensilios tras preparar los alimentos.
Si vaporizas el microondas podrás mantenerlo intacto y libre de mugre.
Este es mi truco favorito para limpiar el micro. Simplemente mete un recipiente con agua y deja que se caliente por tres minutos. El microondas va a quedar húmedo y así podrás limpiar todas las suciedades con facilidad.
Desodoriza el bote de la basura y evita los malos olores.
Pon un poquito de bicarbonato de sodio al fondo del bote de la basura para que siempre huela bien. Cuando la basura huele mal, toda la cocina huele así. Para evitar malos olores, tienes que acoger el hábito de clasificar y reciclar.
Recoge los pelos de las mascotas con un trapeador.
Estos traperos son ideales para recoger los pelos de las mascotas. La toallas húmedas recogen todos los pelos con facilidad y no vas a tener que aspirar con tanta frecuencia. No olvides recoger los que quedan en el sillón o la cama. Si lo haces dos veces por semana, te será posible disfrutar de una casa más limpia.
Asegúrate de tener paños húmedos en el inodoro.
Para que siempre tengas el inodoro limpio, deja paños húmedos antibacteriales al lado. De esta forma vas a poder limpiar todas las noches o las mañanas el trono del baño. Incluso, si tienes visitas, podrán hacerlo por su propia cuenta.
Una canasta para los zapatos es una gran idea.
Deja una canasta a la entrada de tu casa para que los niños pongan sus zapatos. Entre menos gente pise el piso con los zapatos sucios, menos trabajo tienes que hacer. O bien, pídeles, que una vez que lleguen a casa, que se los quiten en la puerta y los lleven a sus respectivos dormitorios.
Olvídate de las distracciones mientras limpias.
Si vas a limpiar, no cargues con el celular para que no te distraigas, mientras haces las tareas domésticas. Pon música, pero deja el teléfono en otro cuarto. Es muy normal que, mientras limpias la cocina, la conversación esté muy entretenida con tu amiga por WhastApp, pero eso solo hará que el tiempo para terminar se duplique, si bien te va.
Dobla la ropa el mismo día que la laves.
Es una de las tareas más tediosas, luego de planchar y suele ser de esas que no haces tan regularmente. No obstante, si doblas y guardas la ropa en el armario, una vez que las sacas de la secadora, tu casa perdurará limpia y ordenada.
Saca los alimentos malos o vencidos del refrigerador cada ocho o quince días.
Las verduras y frutas suelen ser de los alimentos que más rápido se pudren si no las consumes. Cada semana o cada quince días saca aquellos alimentos que no vas a comer, que están malos, o bien, que se vencieron en el refrigerador. Limpia cada vez que riegues leche, salsa de tomate o cualquier otro producto. Evitas malos olores y mantienes la limpieza de este electrodoméstico.
La limpieza profunda hazla una vez al mes.
Toda casa requiere de una limpieza profunda, al menos una vez al mes. Para la tuya, divide las tareas con tu esposo, novio, hijos o roommate. Luego de limpiar, sacudir y ordenar se te hará más sencillo darle mantenimiento a tu hogar con los consejos antes mencionados. ¡Hazlo y luego nos cuentas!
