El autismo es una condición conocida clínicamente desde diferentes trastornos denominados "Trastornos del Espectro Autista" y son definidos por la Organización Mundial de la Salud como un grupo de afecciones con un grado de alteración en el comportamiento social, la comuniación y el lenguaje. Además de manifestarse en actividades restringidas, estereotipadas y repetitivas. El punto de ello es que es difícil de diagnosticar en etapas tempranas, por lo que casi siempre se reconoce hasta aproximadamente los 4 añitos de edad aunque no significa que no den señales desde que son bebés, solo que hay que saber identificarlas. Es por ello que aquí te comparto algunas de ellas y si te parecen sospechosas, consúltalas de manera inmediata con un especialista, ya que el es el único que está capacitado para dar un diagnóstico definitivo.
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No todos los especialistas en educación especial están entrenados para dar este diagnóstico y tratamiento ya que se requieren pruebas muy especializadas. De hecho, dicho tratamiento debe ser de forma integral así que un neurólogo pediátrico y un pediatra del desarrollo son los primeros especialistas que necesitas visitar para que te den la pauta pertinente de seguimiento.
De acuerdo a la OMS, uno de cada 160 niños en el mundo lo padece y las causas pueden ser múltiples, desde factores genéticos hasta ambientales. Lo importante es que entre más temprano se detecte, mejores resultados se tendrán en el tratamiento.
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A los 12 meses todavía no muestra ningún tipo de comunicación corporal para atraer tu atención.
A esta edad tu bebé ya debió de haber desarrollado formas de comuniación desde el lenguaje corporal como el hecho de estirar los brazos para atraer tu atención, hacer ciertos gestos con el rostro para interactuar contigo e incluso sonreírte de repente y no lo hace. Es como si viviera desconectado del entorno y no está estableciendo ningún tipo de conexión contigo. Además, tu propia intuición de madre te va dictando que algo no está bien en sus procesos de interacción a pesar de que está en una etapa preverbal. Si esto sucede, es importante la visita con el especialista.
Desde que es un bebé de entre 8 y 12 meses, muestra un disgusto y rechazo evidente al contacto físico.
Sumado a otros elementos como el que te mencioné en el punto anterior, puedes notar que tiene dificultades constantes y muy frecuentes cuando siente su espacio invadido. Puede reaccionar irritable, molesto y muy sensible al contacto. No le agrada que lo toquen, no le gustan los abrazos o las muestras de afecto piel a piel. Además del llanto, puede girar su cabeza hacia el lado contrario como una manera de evitar el estímulo y de querer huir de ello aunque aún no pueda verbalizarlo.
Parece estar ausente, su mirada de repente luce perdida a pesar de buscar el encuentro con dicha mirada.
Lo puedes notar en el hecho de que no le llaman la atención los juegos típicos de interacción en donde los bebés se ven muy entretenidos. Me refiero a juguetes llamativos para explorar o cuando le cantas, le haces cosquillas, le sonríes, te escondes detrás de la cortina o le hablas a través de un muñeco. Todo aquello que podría atraer su atención no lo motiva y parece distante. Incluso los colores y formas llamativas no resultan novedosas para él, mostrándose muy apático.
Hacia los dos añitos de edad, no hace ningún gesto típico de comunicación correspondiente a su edad.
No mueve su cabecita para decir sí o no. Tampoco señala o apunta con el dedo las cosas que atraen su atención o que le interesan. En lugar de avanzar en el lenguaje notas que comienza a retroceder y a quedarse en silencio. Ya no hace ruidos ni balbucea como antes. Esto, sumado a que comienza a aislarse de las personas para estar en un solo rincón. Sus habilidades sociales son muy escasas ya que puede ignorar a los niños que están a su alrededor a pesar de que quieran jugar con él. Puede pasarle con sus pares o también con los adultos.
No hay sonrisas expresivas.
Si sus expresiones son frías y faltas de alegría, si sus sonrisas son casi nulas y es algo que notas desde los seis meses de edad, te sugiero que lo comentes con su pediatra para descartar o comprobar cualquier diagnóstico de autismo.
Conforme van creciendo hacia los cuatro o cinco años ya evaden definitivamente la interacción social.
Es algo que puedes notar desde la guardería o cuando está en situaciones de convivencia con sus pares. No comparte los intereses de los demás niños y quizá se aísle.
No reacciona cuando lo llamas por su nombre.
A los doce meses tu pequeño ya puede reaccionar con un gesto al escuchar su nombre y si aún no lo hace, aunque puede ser un retraso en su desarrollo, no está demás que esté bajo observación de los especialistas calificados.
No juega a situaciones imaginarias.
A partir de los 18 meses tu pequeño ya es capaz de reproducir a través del juego situaciones cotidianas como darle biberón a un oso de peluche o jugar competencias de cochecitos por ejemplo. Si no lo hace, coméntalo con su médico.
Evita el contacto visual.
Si hablas y no te mira a los ojos es muy evidente que algo anda mal. Notarás que su mirada está perdida y aunque sus ojos estén enfocados en ti, resultan vacíos e indiferentes.
Tiene alteraciones en el lenguaje.
Si tu pequeño no balbucea a los 12 meses, no dice palabras a los 16 y a los 24 tampoco formula frases de dos palabras, algo anda mal. Es posible que notes ecolalia, es decir que repetirá automáticamente lo que escucha.
Es intolerante a los cambios.
El niño presenta desesperación ansiosa ante cualquier cambio al que lo sometas. Además, tu pequeño puede tener un deseo obsesivo por actividades con repeticiones monótonas y si se lo impides puede reaccionar con mucha intolerancia y agresión.
La criatura ignora el peligro.
No mide el peligro y no hace nada para evitarlo. Aunque es contradictorio porque suele reaccionar con temor y angustia ante cosas que no son realmente peligrosas para él.
Mece su cuerpo de forma repetitiva.
Hace movimientos como mecerse, aletea sus manos o gira en círculos. Todo esto lo hace de forma estereotipada y repetitiva.
Tiene reacciones exageradas ante un ruido.
Tiene hiperacusia y suele manifestar ansiedad ante los ruidos molestos. También puede tapar sus oídos y gritar ansiosamente como una reacción de temor.
No muestra entusiasmo por explorar cosas nuevas.
Notas que parece indiferente ante los nuevos estímulos, no muestra interés por descubrir nuevas texturas y no se sorprende ante los nuevos colores. Su actitud es pasiva.
Escucha algunas formas de detectar los trastornos del espectro autista en los niños en nuestro podcast.
Mamá Dice es el podcast de consejitos de maternidad de MamásLatinas. Escúchanos de lunes a viernes en tu plataforma de podcasts favorita. Son cortos y se adaptan al estilo de vida de cualquier mamá.