Formas indirectas en las que juzgamos a nuestros hijos inconscientemente

A veces en nuestro intento por educar y formar a nuestros hijos para la vida podemos cometer errores importantes de forma no intencionada pero que los pueden llevar a sentirse insuficientes, criticados o juzgados. Señalar los errores de nuestros hijos debe llevar una clara intención formativa, constructiva y de crecimiento. La línea entre lo constructivo y lo destructivo puede ser muy fina así que debes tener cuidado de no cruzarla. Juzgar a tus hijos no es el camino formativo más adecuado para que construyan una buena autoestima, al contrario, pueden sentirse vigilados por tu lupa crítica por lo que se impiden a sí mismos fluir desde su creatividad. Esto les impide encontrarse con su verdadero yo y desarrollarse con libertad interior. Así que pon atención a estas señales que te dirán si estás siendo una madre que tiende a juzgar.

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Hay muchas madres que tienen la falsa creencia de que señalar los errores es un acto de amor que ayudará a sus hijos a que no los sigan cometiendo. Sin embargo, te digo que la situación es que entre más atención pongas a los errores, más crecerán ya que se puede convertir en una forma de llamar tu atención y aprenden a relacionarse contigo desde ahí.

Si tu enfoque del día solo se basa en descubrir aquello que están haciendo mal o solo acostumbras vigilarlos para cacharlos en cualquier equivocación, se sentirán perseguidos y esto fomentará inseguridad en su conducta, miedo a tomar decisiones y miedo a equivocarse. Por ello, evita esto que te comparto.

Ahora puedes escuchar el contenido de MamásLatinas donde quiera que estés, a través de nuestro podcast Mamá Dice. Cada episodio contiene tips prácticos enfocados en la crianza positiva y saludable. Escúchanos en tu plataforma de podcast favorita.

Lo etiquetas o encasillas con respecto a sus gustos o personalidad.

Child faces
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Decir en voz alta, baja o pensar cosas como: “Es que tú no eres así de chillón, o es que a ti no te gusta ese color o esa comida” implica que lo estás encasillando en una conducta que todavía no está definida en su personalidad porque aún está en proceso de crecimiento. No puedes señalar algo que no está determinado y que a la larga lo etiqueta. Déjalo ser y déjalo explorar diferentes emociones.

Lo descalificas con palabras que señalan sus incapacidades.

Young beautiful African American afro woman with curly hair wearing yellow casual sweater confused and annoyed with open palm showing copy space and pointing finger to forehead. Think about it.
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Recuerda que tu hijo está en desarrollo y tendrá habilidades de acuerdo a su etapa. Cuando eres poco tolerante y lo apuras a crecer es porque no estás siendo paciente con el ritmo de su crecimiento y quisieras que tuviera habilidades que no corresponden a su etapa. Puedes decirle frases aparentemente inocentes como: “Actúas como bebé” o “tu memoria no está funcionando bien”.

Haces bromas pesadas con respecto a sus características de personalidad.

Megaphone Message
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Se te olvida que tanto papá como tú son los adultos en la relación y deben ser muy cuidadosos con la autoestima de tu pequeño. Si tu hijo tiende a hacer bromas pesadas no le regreses la broma como si fuera una competencia, puede que lo que digas sea hiriente y señale partes de su personalidad que lo pueden llevar a pensar que algo malo hay en él. Tu hijo pequeño no tiene la capacidad de discernir entre lo que es una broma y lo que es una realidad.

Le das mucha validez a los reportes del colegio sin escuchar su versión de lo ocurrido.

Mom angry at her son for interrupting her phone call
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Tu hijo está aprendiendo a seguir instrucciones y el cumplimiento de las normas en general. Es posible que en algún momento decida brincarse algunas normas para ir midiendo la consecuencia de sus acciones. No significa que debas ser permisiva, sin embargo, antes de explorar lo ocurrido o juzgarlo con un regaño, escúchalo y pregúntale qué pasó. Necesita sentir que tu prioridad es conocer su versión.

Señalas sus actos como buenos o malos en lugar de irte a la raíz de dicha acción.

Angry Mother Shouting At Daughter Sitting On Couch At Home
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El problema con señalar una acción es que te vas a la mala conducta sin entender el significado emocional de la misma: “Está mal romper las cosas, está bien sacar buenas notas, está mal desobedecer, está bien ser obediente”. Además de que esto es una etiqueta, pasas por alto la raíz de lo que está provocando que tu hijo tenga determinado tipo de acciones: Muchas veces el trasfondo de una acción es una emoción no expresada en palabras, sino en actos, ya que con ello están intentando decirte algo.

Cuando juzgas, no separas la actitud de su esencia personal y lo señalas con un “eres”.

Discontented young mother scolding little daughter expresses displeasure
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Frases como: “eres un flojo, un desordenado, un desobediente, eres muy mal educado, eres…” van directo a la formación de un autoconcepto deficiente. Tu hijo puede comenzar a definirse a sí mismo desde la actitud con la que lo juzgas y comenzar a creer que eso forma parte de su esencia. Por ello, aprende a separar la actitud diciendo: “me molesta tu actitud de flojera”.

Señalas su emocionalidad como muestras de debilidad y lo juzgas por ello.

Mother scolding her daughter
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Juzgar las emociones de tu hijo como algo que relacionas con debilidad emocional es un grave error. Decir cosas como que los niños no lloran o criticar una expresión emocional del tipo que sea implica un juicio a su manera de gestionarlas. La inteligencia emocional es parte de su desarrollo y están aprendiendo a expresarlas de forma asertiva. Si los juzgas al respecto podría generarse un bloqueo y a la larga les será muy difícil contactar con sus emociones.

Le pronuncias con frecuencia la frase “no deberías de”.

Annoyed mom scolding lecturing stubborn african kid son at home
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Actuar en nombre del “deber ser” podría ser sustituido por el “quiero hacerlo”. Es decir, por el hecho de actuar por convicción y aunque los niños aún no tienen totalmente desarrollada la capacidad de razonar la vida desde el nivel de comprensión de un adulto, no significa que no puedan sentir convicción desde su propio nivel de comprensión. Al impedirle una acción o decisión debes invitarlo a la reflexión por medio de preguntas que lo lleven a una conclusión personal.

Le recuerdas constantemente las faltas del pasado con un: 'acuérdate cuando…'

Talk to your children about anything and everything
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Esa forma de quererles enseñar desde el reproche, parte de los métodos de crianza tradicionalistas en donde mamá o papá hacen ese recordatorio con la mejor intención para que aprendan de lo sucedido y no vuelvan a equivocarse. Sin embargo, no es el camino que te llevará a esa meta. Así que en lugar de recordarle sus faltas como puntos menos en su récord de buen hijo, enfócate en lo que puede lograr desde ese error aprendido.

Los juzgas cuando ellos te ven juzgándote a ti misma como madre.

Naughty Girl Playing With Her Tired Mother
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Esto significa que a veces dices en voz alta “no debí permitirte tal o cual cosa, sabía que era riesgoso” o “no debí ser tan condescendiente, me decepcionas”. Quizá no se lo expreses directamente pero se lo puedes dar a entender con tus gestos y actitudes. Esto se convierte en una forma indirecta de juzgarlos a ellos porque al criticarte, los haces responsables de tu malestar por no haber tomado una buena decisión como mamá.

En lugar de halagar un logro, buscas la imperfección dentro del mismo.

Nothing escapes my eye
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Es horrible cuando eres una mamá perfeccionista porque eso te impide ver el esfuerzo y el progreso de tus hijos. Te enfocas tanto en que den un cien por ciento que les impides sentir su logro como algo que puedan disfrutar. Quizá avanzaron diez pasos y no los cien que tu esperas, sin embargo, ese progreso es algo que necesitas reconocer porque manejarte desde el “sí, pero te faltó…” es un golpe muy bajo para su autoconcepto.

Juzgas su miedo, ira, frustración o tristeza catalogándolas como emociones negativas.

Woman scolding a scared young boy
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En notas anteriores te he dicho que no existen emociones negativas o positivas, las emociones son neutras y lo que resulta inadecuado es la consecuencia de una mala gestión. Todos los seres humanos sentimos cualquier tipo de emoción y para poder gestionarlas primero debemos reconocerlas. Cuando tú le pides a tus hijos que no las sientan, les estás solicitando algo imposible y los metes en un dilema terrible.

Los juzgas cuando desprecias su mundo de imaginación y fantasía exigiéndoles que sean realistas.

Time to behave
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Deja que tus hijos crezcan a su ritmo. En una ocasión en una de mis consultas una mamá sin mala intención le dijo a su hija de 7 años que ya debía de dejar de creer en el hada de los dientes. Y aunque en el ámbito de los especialistas en psicología infantil esto es un tema muy debatido, no significa que debas tumbar de golpe las ilusiones de tus hijos.

Los juzgas cuando los responsabilizas de tu propia incapacidad para manejar tus emociones.

Upset woman suffering from haughty African American boy bad behavior
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Cuando sientes frustración, desesperación o incluso momentos de amargura en lugar de hacerte responsable de ello descubriendo la causa que te lleva a sentirte así tiendes a responsabilizarlos a ellos. Estás dejando huellas muy importantes que tendrán repercusiones futuras en su personalidad y en su manejo ante la vida. Esto puede provocar que se sientan culpables por todo lo que te pasa o por lo que les pasa a otros. Deja de juzgarlos a ellos y hazte responsable de las consecuencias de tus decisiones.

Los juzgas como insuficientes cuando quieres hacer todo por ellos y los sobre proteges.

Mischievous Boy
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Tu intención es mostrarles tu amor a través del exceso de atención y cuidado pero no te das cuenta de que en el fondo los estás juzgando de incapaces. Cuando les haces todo, estás evitando que desarrollen las habilidades necesarias para enfrentar al mundo en cada etapa de su crecimiento. Cuando respondes por ellos piensas por ellos y casi casi respiras por ellos, el mensaje que les das es que ellos no son capaces.

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