Me estoy tomando un espresso en una cafetería muy particular, esperando por una chica a quien entrevistaré como mi potencial asistente. Teníamos una entrevista a las 9:30 a.m. y justo a esa hora, me envió un email diciéndome que llegaría a las 9:37 a.m. Bueno, ahora son las 9:42 de la mañana y ella todavía no ha llegado. Esto se convierte en un problema porque he hescuchado cosas maravillosas acerca de ella. Pero soy insistente con la puntualidad y llegar tarde a una entrevista laboral es como escribir en tu curriculum que tienes grandes habilidades comunicacionales y deletrear mal la palabra "comunicacionales".
Si no puedes llegar a tiempo a una entrevista, cómo sabré si podrás cumplir cabalmente con los plazos de entrega de los proyectos. ¿Cómo sabré que llegarás a tiempo a los eventos y que no te presentarás tarde? Como ves, esta pequeña metida de pata puede cerrarle la puerta a ésta candidata y a ti también, si no tomas la puntualidad seriamente. Yo pondría un signo de interrogación en tu "confiabilidad" o seriedad.
La candidata llegó 15 minutos tarde y, después de escuchar sus excusas, le dije un poco consternada que lo sucedido me había causado una "primera mala impresión". Nosotras somos latinas y "ser impuntuales" es un estereotipo contra el que debemos luchar. Mucha gente no te dará una segunda oportunidad. Una parte de mí pensaba que si ella como latina estaría pensando que por ser "latina" era correcto llegar tarde. Yo lo hubiera entendido…
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Ella estaba preocupada, con sus ojos enrojecidos, lo que para mí era una combinación de frustración, rabia, y vergüenza. Pero una vez que dejamos atrás nuestro percance inicial, me percaté de que ella tenía las cualidades que estaba buscando en una persona: era una persona cálida, cortés, con excelentes habilidades comunicativas, hablaba con fluidez tanto el inglés como el español y tenía experiencia en mercadeo.
Eventualmente volvimos a hablar sobre su impuntualidad. Le dije: "Tú sabes que todos tenemos vidas muy ocupadas. Pero muchas veces el problema de ser impuntual se debe a que no decimos que 'no', aún cuando sabemos que no podremos acomodar nuestro horario para cumplir nuestra promesa." También le expliqué: "Pudiste haberme dicho que nos reuniéramos a las 10:00 a.m. si se te hacía muy difícil que nos encontráramos a las 9:30 a.m., para no cambiar tu rutina matutina con tus niños". Estuvo de acuerdo. Puedo decir a su favor que ella jamás trató de dar ninguna excusa por haber llegado tarde, lo que es en sí mismo un gran rasgo de su personalidad. Le sugerí que la próxima vez, antes de fijar una cita mirara su horario y se diera al menos media hora de antelación como comodín. "De hecho llegar temprano es llegar a tiempo", le dije. "Una cosa más, si no está en tus manos escoger el horario de la reunión, entonces haz los arreglos necesarios para que alguien cubra tus responsabilidades familiares. De tal manera que ningún imprevisto se interponga en tus planes de llegar a tiempo a tu cita y con la mejor disposición. Llegar a una cita exhausta, tampoco te favorece".
Antes de tomar una decisión, le pedí que creara dos documentos para mí y pasó la prueba con banderines de colores. Así que le pedí que se uniera a mi equipo. Ahora tiene la carga de probar que su impuntualidad fue sólo una vez.
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