¿Por qué niegas tus sentimientos y preocupaciones?, ¿por qué te avergüenzas de tu sensibilidad y vulnerabilidad?, ¿qué quieres mostrarle al mundo? En un ejercicio de terapia, Daniela se escribió una carta a sí misma donde se hizo estas preguntas. ¿Tú también crees que lo mejor es hacerte la fuerte? Pues esa no es la mejor opción y acá te explico las razones.
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Imagen vía Corbis
Enfermedades psicosomáticas
Si crees que emociones como la tristeza, el miedo, el dolor o la rabia te hacen parecer débil, es probable que las reprimas. No te engañes, una emoción se podrá esconder del mundo exterior pero jamás del interior y terminará por manifestarse en alguna parte de tu cuerpo.
No eres genuina
La mejor forma de ser autentica es fluyendo en lo que sientes, tu emoción busca expresar su necesidad así que escúchate, mírate, siéntete y aprende formas sanas para expresarlas. Las técnicas de inteligencia emocional pueden ser de gran ayuda.
Agotamiento
Una de tus estrategias favoritas puede ser llenarte de actividades para distraerte de una emoción indeseable, así que puedes llegar a un agotamiento físico y mental que te impida estar relajada. Todos los seres humanos necesitamos momentos de descanso, no sobrecargues a tu organismo.
Insomnio
Los asuntos pendientes siempre dan vueltas en la cabeza y más durante la noche, es un momento en que tu mente y tus emociones te hacen un pequeño recordatorio de lo que necesitas sentir para resolver. Realiza un listado mental e identifica que asunto esta inconcluso y deja de evitarlo.
Pierdes la concentración
Aunque quieras evitarlo, inconscientemente estarás inquieta por no sentir o por no resolver- según sea el caso- Así que no lograrás estar enfocada al cien por ciento en tus actividades, mientras no le hagas caso a tus señales del mundo interior.
Dañas tus relaciones sociales
Si te pones la careta de insensible, entonces tus formas de comunicación se verán afectadas y es posible que prefieras guardar las apariencias antes de que descubran tu vulnerabilidad. El diálogo y la expresión te abren panoramas distintos de solución y sobre todo te regala sensación de acompañamiento, tú eliges.
Te desquitas con la gente
La represión emocional te lleva a acumular la emoción que en algún momento se verá reflejada en momentos de mal humor. La desventaja de esto es que puedes descargar tu emoción con quien nada tiene que ver con ella.
No solucionas nada
¿Cómo vas a mover tu energía si ni siquiera quieres reconocer lo que sientes? Es importante que te conectes contigo misma e identifiques tu emoción para que después le des cause y solución.
Falsa omnipotencia
Cuando aparentemente no necesitas nada, puedes ser el respaldo de muchos pero no serás respaldada por nadie. Lo que los demás pueden pensar es que si tienes todo bajo control, entonces no necesitas ayuda. Acepta el apoyo que te ofrecen, eso te hará más fuerte.
Puedes confundir independencia con aislamiento
En la creencia de que no necesitas de nadie, reflejas una falsa autonomía y puedes alejarte poco a poco de tu entorno. No temas acercarte cuando lo necesites, eso demarca tu humanidad y tu capacidad de trabajar en equipo. Llévate el lema: Hoy por ti, mañana por mí.