Probablemente has oído decir cuán esencial es el consumo de omega-3 para perder peso y evitar la obesidad. Sin embargo, si quieres recibir los beneficios del omega-3 en tu dieta es necesario tomar en cuenta también el consumo de omega-6.
El omega-6 y el omega-3 son ácidos grasos necesarios para la salud en general. Se deben obtener de lo que comes, ya que el cuerpo no los produce. Cada uno tiene funciones diferentes y ambos deben estar en equilibrio para que estés en óptimas condiciones. El balance entre el omega-6 y el omega-3 ayuda a disminuir el riesgo de numerosas condiciones, tales como enfermedades cardiovasculares, artritis, alzheimer, obesidad y depresión.
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Expertos como el famoso Dr. Andrew Weil, que trabaja con las famosas, recomiendan la reducción del omega-6 en la dieta, junto al consumo de omega-3, para que el cuerpo pueda recibir todos estos valiosos beneficios. Aseguran que las dietas modernas contienen demasiado omega-6.
El omega-6 se encuentra en muchos aceites vegetales que se usan en la mayoría de los alimentos procesados. Se encuentra en las semillas e incluso en las carnes.
He aquí algunos de las cosas que puedes hacer para empezar a balancear el omega-6 con el omega-3, y puedas sacarle provecho a estas grasas en tu plan de adelgazamiento:
Come pescado bajo en mercurio al menos dos veces por semana. Realmente las principales fuentes de omega-3 son pescados como el salmón, las sardinas, las truchas, las caballas y los arenques, y mariscos como las ostras.
Si no comes pescado, opta por un suplemento de aceite de pescado. Si tu dieta carece de las principales fuentes de omega-3 debes considerar el uso de un suplemento. Consulta con tu médico antes de empezar a usarlo, ya que algunos suplementos de aceite de pescado no se deben tomar junto a ciertos medicamentos.
Usa aceites para cocinar que tengan poca cantidad de omega-6. Los aceites ricos en omega-3, como el aceite de semillas de linaza, no suelen ser apropiados para cocinar. Las mejores alternativas son aceites bajos en omega-6 y altos en ácido oleico, como el aceite de oliva. El ácido oleico ayuda a combatir el omega-6 que consumimos. Reduce o evita el consumo de aceites vegetales altos en omega-6. El aceite de maíz, el aceite de soja, el aceite de girasol y el aceite de cártamo contienen bastante omega-6.
Limita el consumo de las frituras. La mayoría de las frituras, especialmente si son de restaurantes de comidas rápidas, son preparadas con aceites vegetales altos en omega-6. O sea, el pescado frito también se debe evitar.
__Disminuye el consumo de las grasas sólidas y las grasas saturada__s. La mayoría de las calorías provenientes de grasas en tu dieta deben provenir de las grasas omega-6 y omega-3, no de grasas saturadas ni grasas trans. Al cortar las grasas saturadas y grasas trans, mejorarás el balance entre las dos grasas más esenciales.
Si comes carne, opta por carne criada con pasto. La carne criada con grano tiene más omega-6.
Imagen vía Thinskstock