No hay nada más rico que entrar a una casa que huela bien, pero no me refiero a esos olores artificiales que a veces sopecho que hacen más mal que bien. Estoy hablando de ese aroma de frescura y limpieza y hasta a los aromas de flores que dan una sensación de bienestar con "B" mayúscula. ¿Sabes a lo que me refiero? Una forma fácil de lograr este efecto es con la lencería o ropa de casa. Además, tiene el beneficio extra de sentir que estás durmiendo en un jardín.
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Te aviso que yo no uso productos artificiales, pues uno de mis hijos es alérgico hasta a los jabones con olor, así que me las he tenido que arreglar para aprender a usar lo que nos da la naturaleza para aromatizar mis cosas y uno que otro avance de la ciencia, pero nada invasivo, ni siquiera a la nariz.
1.-Elimina la humedad. El olor a húmedo es uno de los más ofensivos en las casas y por alguna razón, que seguro que cualquier estudiante de biología me puede explicar, se asienta con furor sobre los textiles. Un truco es colocar un carbón en una cajita con huequitos. Si no hay productos en el supermercado que absorben la humedad.
2.- Echa un generoso chorro de limón en la lavadora cuando se inice el ciclo de enjuagado. Eso cuando estés lavando las sábanas y las toallas. Si prefieres, puedes hacer una solución de tres partes de agua a una de limón y rocía las fundas de las almohadas antes de meterlas en la secadora o (si eres de esas grandes dedicadas) antes de plancharlas.
3.-Coloca bolsitas con flores secas o jabones naturales en las gavetas o en los clósets El efecto residual de esos olores es delicioso, sobretodo a largo plazo. Es suave y muy placentero. Si no tienes alérgicos, puedes incluso dejar allí una botella de perfume vacía.
4.- Usa bloques de maderas aromáticas. Se encuenta con mucha facilidad y con adaptadores para los closets este tipo de productos, en especial los hechos de cedro. Estos tienen además el poder de repeler las polillas, a las que les encanta la ropa guardada, sobretodo la de invierno.
5.-Secado al sol. No todas tenemos la oportunidad. Pero la ropa de casa secada al sol trae un olor a infancia y a verano. ¡Es insuperable!
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