Aunque no pienso ser tan estricta como mi esposo en cuanto a la vida social de mi hija cuando esté más grande, estudios como el que acabo de leer acerca de los efectos negativos del romance en la adolescencia me hacen pensar que tal vez su papá tiene razón. Todo el mundo sabe que tener novio cuando estás en la escuela puede ser una distracción, pero según un estudio de la Universidad de Georgia, cuanto más temprano comienza el romance, peor les va a los muchachos académicamente.
Y eso no es todo, el estudio también encontró que mezclar el romance con la adolescencia hace a los jóvenes más propensos a fumar, tomar y hacer drogas.
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Según la profesora Pamela Orpinas, quien estuvo a cargo del estudio que siguió a más de 600 niños desde sexto grado hasta que acabaron la secundaria, aquellos que comienzan a tener relaciones amorosas desde más chicos son dos veces más propensos a caer en vicios que los que no mezclan el romance con la adolescencia.
Claro que siempre hay excepciones. Yo tuve mi primer novio a los 15 años y me quedé con él hasta que cumplí 20. Aunque me arrepiento haber tenido una relación tan larga y tan seria desde tan chica y por tanto tiempo, lo cierto es que a mí no me afectó en lo más mínimo. Siempre fui buena estudiante y lo de tomar y fumar no me llamó la atención hasta que llegué a la universidad.
Lo que sí es importante recalcar es que, como bien dice la Orpinas, tener una relación con un compañero de la escuela es como tener una relación con un compañero del trabajo. Una vez que ésta se acaba, a una le toca verle la cara a la ex pareja todo el tiempo y eso suele ser extremadamente difícil. Así que tal vez termine siendo un poco más estricta de lo que pensé en cuanto a mi hija y sus romances.
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