Historias como las de una niña de 7 años cuya madre encontró una lista con detalles de la dieta que pensaba hacer su hija me rompen el corazón porque demuestran lo rápido que están creciendo los niños hoy en día. De hecho, una reciente encuesta en Inglaterra encontró que el 89 por ciento de los padres creen que la sociedad en la que vivimos está haciendo que nuestros hijos maduren demasiado rápido. Y la culpa la tiene la tecnología. Entre la internet, las redes sociales y la televisión, nuestros hijos están expuestos a todo tipo de información que era prácticamente inexistente cuando yo era niña.
Como tengo una hija de 6 años, lo que más me preocupa es que la encuesta encontró que la mayoría de las niñas comienzan a preocuparse por su apariencia mucho antes de la adolescencia.
Y es que no es para menos. Sólo basta con entrar a una tienda que vende ropa para niñas para quedarse con la boca abierta con muchas de las opciones que parecen haber sido diseñadas para mujeres adultas. Y ni hablar del comportamiento de la mayoría de las celebridades jóvenes que comparten el gran ejemplo que son con todo el mundo a través de sus cuentas de Twitter, Facebook o Instagram.
Aunque yo soy de las que piensa que los padres tenemos mucho control sobre a lo que dejamos que nuestros hijos estén expuestos, lo cierto es que una vez que salen de nuestras casas es algo así como "sálvese quien pueda". Es decir, a pesar de que en mi casa no tenemos cable y mis hijos no tienen permiso de usar la computadora–de todos modos están muy chiquitos todavía–, lo cierto es que yo no puedo controlar lo que aprenden de sus amiguitos en la escuela.
Aun así, espero de todo corazón que mi hijos no sean de aquellos que pierden su inocencia súper temprano ya que tendrán muchísimos años para vivir como adultos maduros, pero la infancia es corta y una vez que se acaba, no hay marcha atrás.
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