Con tantos casos graves de acoso escolar, conocido en inglés como bullying, que se escuchan últimamente en las noticias, ya era para que las escuelas de este país, tuvieran un programa bien estructurado para prevenir y combatir el acoso escolar entre los estudiantes. Y es que, aunque muchos colegios, alegan haber implementado medidas estrictas para asegurar el bienestar de sus alumnos, el resultado parece seguir siendo el mismo. Lo digo por el caso de Melanie Conn, una joven de 13 años de edad, que acaba de ser la víctima más reciente de acoso escolar, después de haber sido envuelta en plástico, desde la barbilla hasta la cintura, por unos compañeros de la escuela, mientras esperaba el autobús escolar.
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De acuerdo al Huffington Post, los hechos ocurrieron en una escuela de Florida, la semana pasada mientras la menor esperaba el autobús escolar. Según la madre de la niña, Holley Angerson-Conn, dos niños rodearon a su hija y la envolvieron con plástico, dándole de 10 a 15 vueltas, hasta cubrirla, de la barbilla a la cintura, sin que se pudiera mover. Por fortuna, la joven no fue cubierta en la nariz y la boca, ya que esto hubiera puesto en peligro su vida, como alega la madre. No obstante, lo más indignante de este caso, es saber que la agresión se pudo haber evitado, si el conductor del autobús hubiera advertido a las autoridades escolares sobre las amenazas que, supuestamente, la niña recibió por parte de los agresores, dos días antes. Según los papás de la niña, el chofer se había percatado del hostigamiento y no hizo nada.
En fin, esperemos que este nuevo caso de acoso escolar, termine de abrirle los ojos, a los directivos de las escuelas, así como a los padres de los niños que acosan a otros, para que se haga algo de inmediato. Creo que no sólo debe ser responsabilidad de cada uno de los empleados de una escuela, percatarse de este tipo de situaciones y comunicarlo a las autoridades correspondientes; sino que también, es necesario que los padres actúen sembrando y reafirmando valores, como el respeto y la tolerancia, entre sus hijos. Porque no es posible, que golpear o maltratar verbalmente a un compañero, se comience a ver como algo "normal". En definitiva, nuestros niños no deberían crecer en un ambiente tan violento, pues los patrones de conducta que observan ahora, son los que repetirán en un futuro y como padres, no queremos un mundo tan violento para nuestros hijos.
Espero que las cosas cambien pronto por el bien de nuestra sociedad.
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Image via WTSP