Tengo ganas de salir corriendo a la guardería de este pequeñito de cinco años para tratar de convencer a su noviecita de que vuelva con él. ¿Cómo es eso de que le rompió el corazón?
Cuando vi este videíto me produjo tanta ternura que me dieron ganas de salir corriendo a mi casa y abrazar a mis dos varoncitos. Por cierto a uno de ellos, también le rompieron el corazón ¡y nada más tenía cuatro años!
Pero, lo del mío era romance puro. Se sentaban juntos en las mesitas de trabajo, comían juntos y se agarraban las manitos. Confieso que la primera vez que los vi agarraditos de las manos en el parquecito de la guardería una tarde que lo fui a recoger, casi entro en pánico. ¡Lo juro por Dios! Ella me saludó y, él, cuando se dio cuenta que mamá estaba ahí y en shock, salió corriendo y con su vocecita de bebé grande me dijo: "Mami, ven para que conozcas a mi esposa". Casi se me salen los ojos de la cara y la maestra, -que no aguantaba el ataque de risas me dijo-, "Vicky, desde hace días te estaba diciendo que vinieras más temprano a recogerlo para que los vieras en el parque".
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Aquella tarde se fijó en mi memoria, al igual que la noche que me dijo con sus ojotes grandes y llenos de lágrimas que ya "S" – para no decir el nombre de mi exnuera- no era su novia, porque ahora siempre pintaba con Dylan.
Cuando mi nené, desconsolado y con el corazón roto, finalmente se durmió, su padre y yo, comentamos lo sucecido con una copa de vino por delante. En un tono que parecía más serio de lo que la ocasión ameritaba, reflexionó: "y lo peor es que esta no es la primera vez que se va a morir de desamor. Le faltan muchas. El que no se haya enamorado hasta los huesos y no haya pasado por una ruptura de novelas no ha vivido. Menos si es latino ¿qué hispano no se ha echado a morir por amor?", dijo mi esposo que en líneas generales no habla mucho. Creo que acertó. Pienso que una de las características de nosotros los latinos es precisamente la pasión con la que hacemos todo en la vida. Y la verdad, no me parece mal. No sé tú, pero yo no podría dejar de ser apasionada, de entregarme, de comprometerme con las cosas que hago, de lo contrario no sería latina.
Por lo pronto, le mando un abrazo a este "príncipe azul de chocolate" como lo llama su mamá y espero que encuentre el consuelo para este corazón roto pronto con otra niña en la guardería y que mientras tanto se acobije en los brazos de su mami, los que por cierto seguirán ahí para abrazarlo en todos los despechos que sufra a lo largo de su vida.
Embedded content: http://youtu.be/MM2v9QTPj5g
Imagen vía YouTube