Eva me acaba de hacer la persona más feliz del mundo porque vino a mi casa y me trajo un café y una concha, una concha de a de veras, una concha mexicana horneada en Brooklyn.
El barrio de Bushwick, donde ella vive, tiene todo lo que uno necesita para no extrañar la comida mexicana. Hay hasta tostadas de pata, lo cual es de no creerse. Y estaba yo aquí sentada, arrancando mi día después de dejar a mis dos retoños en la escuela y buscando la inspiración matutina, cuando de repente Eva llegó con esta sorpresa.
Paré lo que estaba haciendo y me dispuse a comerme mi concha con tranquilidad pues hacía ya muchos, muchos meses, que no me comía una.
La verdad es que aquí en esta ciudad hay muy buenos panes, muffins, croissants, danish pastries y demás, pero no hay nada más rico en la mañana, que tomarse un café con pan dulce, pero mexicano.
Y bueno, ni hablar del pozole y de los tamales verdes.
(Que por cierto, también los hay en Bushwick, Brooklyn y hay que darse una vuelta por allá).
¿Te gusta la concha mexicana? ¿Cuál delicia de tu país extrañas más?