No era un secreto que utilizar el celular o la computadora al igual que ver televisión mientras se está en la cama antes de dormir estimula el cerebro y afecta conciliar el sueño. Lo que ocurre es que esa luz hace creer al cerebro que no se encuentra en horas nocturnas y nos desvela. Pues ahora, científicos de la Universidad de Oviedo, en España, han descubierto que las embarazadas que se exponen a esa luz artificial que emiten estos electrodomésticos afecta los ritmos circadianos y aumenta el riesgo de tener en un parto prematuro. Este importante hallazgo fue publicado en la edición más reciente de la revista científica Journal of Ambient Intelligence and Humanized Computing.
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Según la investigación, la luz que emiten los dispositivos electrónicos como los celulares y las tabletas interfieren con los ritmos circadianos. Por ende, las alteraciones físicas conocidas como cronodisrupción en el cuerpo de la madre altera su descanso, lo que puede tener consecuencias negativas para la maduración del bebé durante la gestación.
Qué son los ritmos circadianos
Los ritmos circadianos no son otra cosa que el ciclo natural de cambios físicos, mentales y de comportamiento que experimenta el cuerpo en un ciclo de 24 horas. Estos se ven afectados principalmente por la luz y la oscuridad. Además, están controlados por un área pequeña en el medio del encéfalo, se explica en la página web del Instituto Nacional del Cáncer.
La luminosidad elevada en los dispositivos afecta a las embarazadas.
Un aspecto importante que el estudio tomó en consideración es el nivel de luminosidad en los aditamentos electrónicos. Los hallazgos de la universidad española reflejan que el peligro aumenta para las embarazadas cuando hay mayor luminosidad en el celular o la tableta, por ejemplo.
Esta es la primera vez que se vincula la luz de los celulares con el parto prematuro.
Aunque estudios anteriores habían descubierto que las embarazadas que duermen mal tienen mayor probabilidad a tener un parto prematuro, esta es la primera vez que se vincula la luz artificial como otro factor agravante para las que están en la dulce espera.
La investigación estudió los casos de 380 embarazadas.
En la investigación los científicos de la Universidad de Oviedo analizaron los casos de 380 embarazadas atendidas en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). De total de mujeres atendidas, 157 finalmente tuvieron un parto prematuro y 223 lo tuvieron a término.
Participaron tanto científicos de la universidad como del Hospital Universitario Central de Asturias.
El estudio fue liderado por Elena Díaz Rodríguez, del área de Fisiología de la Universidad de Oviedo, Susana Irene Díaz Rodríguez, del área de Ciencia de la Computación e Inteligencia Artificial y del Grupo de Investigación UNIMODE, y Catalina Fernández-Plaza, del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), con la colaboración de Ana Alonso, Celestino González e Inés Abad, de la Universidad de Oviedo. Para la profesora Elena Díaz Rodríguez, "nuestro modelo señala hábitos que son claramente factores evitables y por tanto puede ser muy útil en la clínica obstétrica”, publicó la universidad española en su página web.
Varios aspectos estuvieron bajo estudio.
La investigación establece que además de aspectos como el Indice de Masa Corporal, el aumento de peso, el consumo de alcohol o ser fumadora, estudiaron hábitos relacionados con el sueño y la exposición a la luz. Además, han tenido en cuenta la hora a la que la madre se despierta cada día de la semana, si utiliza dispositivos electrónicos después de apagar la luz, si tiene la luz o el televisor encendido a la medianoche, el número de interrupciones del sueño durante la noche, las horas de dormir en días laborables y festivos, el nivel de luz mientras duerme y si trabaja turnos que varían.