Las mamás son la base de la familia. Nos protegen, nos cuidan en todo momento, nos aman incondicionalmente, nos ayudan a lograr todas nuestras metas y aspiraciones, y nos gritan mil veces al día porque entienden que tienen todo el derecho de hacerlo. Si fuiste criada por una mamá latina, sabes de lo que hablo. Son el ser más amoroso del mundo, pero cuidadito con pasarte de la línea, pues ellas sí que saben poner límites, ya sea con una de sus frases típicas o con su temida chancla.
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Aquí comparto 15 frases típicas que nuestras mamás nos repitieron mil veces y que, seguramente, hoy nosotras también le repetimos a nuestros hijos, como si fueran parte de la herencia que nos ha dejado mamá. ¿Cuál era la frase favorita de tu madre?
Las mamás latinas son únicas y sus frases típicas se han quedado con nosotras toda la vida.
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¡Porque lo digo yo que soy tu madre! La clásica, infalible, desgarradora y terminante frase de la cual nunca tuviste respuesta que argumentar.
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Cuando tú ibas, yo ya venía. Si alguna vez trataste de mentirle o engañar a mamá, sabrás que ella ya sabía todo de antemano, como si pudiera "oler" las cosas o tuviera una bola de cristal.
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¡Hay un Dios que todo lo ve! No importa si iban a la iglesia o no, mamá siempre metía a Dios en todo, incluyendo en sus amenazas.
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¡Ya verás cuando tengas tus hijos! Si alguna vez no quisiste ayudar en casa, si te portaste mal, si llegaste tarde y no le avisaste que te quedarías en casa de una amiguita o si un día no te gustó lo que cocinó… cualquiera que haya sido tu falta, esta frase no se podía quedar.
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Cuando los mayores hablan, los niños se callan. A los niños de nuestra generación no se nos permitía opinar, intervenir —casi, casi que ni pestañear— cuando los adultos hablaban; aunque fuera de nosotros de quien estuvieran hablando. ¡Y ni pensar en defenderte cuando mamá hablaba!
¡Cómo olvidar las frases típicas de mamá!
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Te lo digo por tu bien. Mamá siempre quiere lo mejor para nosotros, aunque no lo entendamos o no lo querramos escuchar. Y, claro, ella se encarga siempre de recordarnos que todo lo que nos hace o dice (aunque sea un castigo) es por nuestro bien.
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Tu única responsabilidad es estudiar. Esto lo que realmente significaba es que no se nos permitía obtener bajas calificaciones, pues no teníamos que trabajar; como si arreglar nuestra habitación, lavar los platos, ayudarla a limpiar y todo lo que nos tocaba hacer no fuera "trabajo".
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¡Te comes todo, que en África hay niños que mueren de hambre! Los niños de nuestra generación no nos podíamos dar el lujo de dejar ni un granito de arroz en el plato, ¡y ni pensar en decir que no nos gustaba lo que había cocinado mamá!
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Voy a contar hasta tres. Esta era una de las frases más temidas y, por lo general, era seguida por un chancletazo o alguna otra forma de castigo.
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Ese muchachito me da mala espina. Las mamás tienen un "ojo biónico" que les permite ver más allá de lo que sus hijos ven.
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Las frases de mamá están llenas de sabiduría.
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Entonces, ¿si fulanito se tira del puente, tú también te tiras? Mamá no puede concebir que sus hijos hagan todo lo que los demás hacen, especialmente si se trata de cosas no muy buenas.
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Ustedes creen que tienen sirvienta. Aunque mamá parezca incansable, a veces llega a su límite.
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Espera a que lleguemos a la casa. Uno ya sabía lo que le esperaba al llegar a casa cuando nos portábamos mal en la calle o en una casa ajena.
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A ti las cosas te entran por un oído y te salem por el otro. Traducción: No haces caso a lo que te digo.
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Te lo dije. Sí, mamá, ya sé que tú todo lo sabes y que siempre tienes la razón.
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Yo no les voy a durar toda la vida. Esta es una frase memorable que todos escuchamos alguna vez de mamá. Y, la verdad, es que sí quisiéramos que ellas nos duren toooooooda la vida.