Después de la decisión de separarte o divorciarte, es importante cuidar que los efectos del cambio y que el proceso de adaptación en tus hijos se dé de la forma más saludable posible. La custodia compartida y el establecimiento de acuerdos como padres debe estar fuera de todo conflicto que se haya tenido dentro de la relación de pareja. La custodia compartida requiere de una excelente comunicación de los padres, por lo tanto, es un paso muy delicado que debe ser abordado desde las condiciones emocionales que les permitan a ambos hacer las cosas por el bien de todos los implicados. Esto pide una actitud de madurez y de colaboración que a veces podría ser difícil, dependiendo las condiciones en las que se divorciaron y si éstas fueron hostiles, es algo que no debe permear en tus hijos.
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La custodia compartida es un reto muy importante. Por un lado, representa esa igualdad de condiciones en la educación de los niños, lo cual suena maravilloso porque ambos podrán tomar decisiones al respecto. Pero para ello, debes dejar de lado cualquier rencor o resentimiento que estorbe en el rol de padres que ahora implica necesariamente un equipo.
Tus hijos echarán raíces en dos hogares por lo que es importante hacerles la vida lo más tranquila posible para que puedan crear un arraigo sano y sobre todo que sientan que tanto papá como mamá piensan en su bienestar. Es por ello que debes tomar en cuenta esto que te comparto.