Entiendo que hay casos extraordinarios donde es necesario involucrar a los niños en un proceso de divorcio, casos en donde cualquiera de las dos figuras (paterna o materna) resultan un riesgo potencial para la salud física o integridad emocional del niño. Sin embargo, en muchos de los casos, la única razón es el enojo contenido que quizá los lleva a usar a sus hijos para destruirse mutuamente buscando aliados para su guerra. Tratar de herir al cónyuge impidiendo que los niños quieran y convivan con su papá, puede tener consecuencias terribles como las que acá te comparto.
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A través de muchos casos de famosos, hemos podido notar el nivel de guerra que se puede desatar entre una pareja que no logra llegar a acuerdos sanos para su separación. Y lamentablemente, cuando un condicionante es la convivencia con los hijos, es posible que el dolor y sufrimiento por la abrupta separación tenga efectos emocionales importantes.