Definitivamente las clases a distancia han puesto de cabeza a colegios, maestros, padres y no se diga a los niños, quienes han tenido que adaptarse a todo lo que esto implica. Un cambio de rutina o hábitos siempre será impactante. El problema es que estos cambios vienen acompañados de un máximo desafío para los padres que además de tener que cumplir con sus labores de casa y home office, también tienen que sacar paciencia, tolerancia e ideas creativas que logren mantener a sus hijos atentos, concentrados, pero sobre todo interesados en aprender. No te sientas abandonada en el barco, creo que muchas familias estamos atravesando por lo mismo, así que prueba con estos consejos que te comparto.
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Cuando no sabes como poner orden a todo lo que está ocurriendo debido al home schooling, es posible que tengas momentos de estrés, angustia y de mal humor que te llevan a colapsar ante el intento de mantener la calma. Buscar la paciencia no es tarea fácil y es válido que te sientas confundida, descontrolada y a veces enojada e incluso con ganas de estallar.
No eres mala madre por ello, lo primero que debes hacer es comprenderte para poder entender a tus pequeños. Es natural que todo el caos externo se convierta en interno así que pon manos a la obra con esto que te comparto para que puedas manejarlo.
No te niegues a aceptar la frustración que sientes y toma tu tiempo.
El hecho de pensar: ‘No debería de sentirme así como me estoy sintiendo’ es una forma de cerrar la puerta a las emociones que tarde o temprano tomarán más fuerza. Velo de este modo, si dejas que tu frustración, enojo o desesperación salgan, te sentirás más ligera. Claro, debes hacerlo de manera asertiva y sin tener conductas destructivas con otros o contigo misma. Por ello, haz un "tiempo fuera", sal a caminar cinco minutos o lava tu rostro con agua helada. Piensa en que es natural que te sientas así y no te juzgues por ello. Si tienes ganas de gritar, ponte una almohada en el rostro y grita a todo pulmón. Después regresa con tus pequeños al monitor y continúa con una actitud renovada.
Practiquen yoga, existen clases en línea que serían de gran utilidad.
El yoga es una de las disciplinas más recomendables para lograr un estado adecuado de relajación. Además, si lo practican en familia será un momento de convivencia y al mismo tiempo aprenderán a tener mejores estrategias para enfrentar el estrés. Existen algunos canales de YouTube donde puedes encontrar algunas opciones que se adapten a tus pequeños para que les resulte una experiencia divertida y relajante al mismo tiempo.
Enséñales a sacudirse el aburrimiento o el estrés durante los espacios de descanso entre clases.
Algo que puede ayudar mucho también es que hagan un juego de sacudir un poco los brazos o las piernas como si estuvieran quitándose el aburrimiento o el estrés de encima. También pueden mover un poco la cabeza, girarla de un lado a otro y brincar un poco como si estuvieran aplastando algo en el piso o hacerse un poco de cosquillas entre todos y jugar a los almohadasos. Esto es muy divertido, sobre todo si tus hijos son preescolares, verás que la risa los ayudará a relajarse.
Crea con tus hijos la zona de estudio y decoren el espacio con entusiasmo.
Aunque quizá la casa tenga que verse modificada en su decoración original, piensa que todos necesitan sentirse en libertad de movimiento y en amplitud. Quizá te resulte difícil mover objetos que hacen lucir hermoso tu hogar. Sin embargo, es importante que al convertir un espacio en zona de trabajo o de estudio todos decoren a su gusto para que se sientan cómodos.
Habla con tus hijos de las posibles actitudes de frustración que sentirán y ejecuten un plan de acción.
No se trata de que por norma todos deban sentirse siempre frustrados ante los cambios. Sin embargo, hablar para saber qué vamos a hacer cuando alguno se sienta enojado, aburrido o desesperado ayudará a verse como aliados y no como enemigos. Además, esto reduce la tensión ya que les permites opinar al mismo tiempo que todos se sienten escuchados y pueden escribir en una libreta las propuestas a las que llegaron democráticamente.
Cuando te sientas desesperada piensa que tus hijos y tu están en un curso de resiliencia.
La resiliencia es la capacidad que todos los seres humanos tenemos de sobreponernos y adaptarnos ante las adversidades. Es ese potencial con el que todos contamos para ponernos a salvo emocionalmente ante los diferentes obstáculos de la vida. Si cambias el enfoque de vivir esta situación como algo inaceptable y lo transformas visualizando todas las herramientas emocionales que tanto tú como tus hijos están aprendiendo a partir de esta experiencia te aseguro que tu estrés irá disminuyendo.
Busca la comodidad de tus hijos y permite que tomen su clase de pie o moviéndose un poco.
Es importante que todos en casa rompan un poco el estado de inmovilidad. Eso de estar siempre en una silla por muy ergonómica que sea es cansado y también aburrido. El cuerpo se va atrofiando poco a poco ante la inmovilidad y esto puede ser un factor que incremente el estrés. Por eso, date la oportunidad de tomar una junta de trabajo de pie para que tus hijos te observen y puedan tomar atentos una clase de pie o quizá moviéndose un poco de posición para que no caigan en el aburrimiento.
Pon límites en los horarios de interrupción para que tus hijos sepan que todos tienen responsabilidades en casa.
Quizá tus pequeños te interrumpen muy seguido en tus labores de casa o de home office para pedir tu apoyo en actividades que ellos ya podrían realizar por sí mismos. Es por ello que debes ser enfática en que existirán tres momentos clave en los que pueden interrumpir para que puedas resolverles sus dudas. Plantea los horarios específicos que se acomoden a tu rutina. Lo importante es que ellos te sientan cerca pero que respeten tu espacio de trabajo. De esta forma estarán haciendo un buen equipo y aprenderán empatía al mismo tiempo.
Date cinco minutos para hacer descarga alostática como bailar en tus descansos de home office y home schooling.
Cuando los efectos del estrés se acumulan en exceso en el organismo se dice que tenemos mucha carga alostática. Esto a la larga puede desarrollar algunas enfermedades psicosomáticas debido a la tensión acumulada. Es por ello que si te pones de pie, comienzas a respirar profundo de manera consciente, con calma y le pides a tus pequeños que hagan lo mismo, estarás ayudando al organismo a hacer una descarga necesaria para recuperar el equilibrio interno. También puedes tensar tu cuerpo de pies a cabeza durante cinco segundos y luego relajarlo como si estuvieran flotando en el espacio. Esto no te tomará más de cinco minutos.
Hagan juntos el ejercicio del semáforo de inteligencia emocional, usa el rojo para parar, el amarillo respira y el verde piensa en soluciones.
Coloca en un rincón de casa un pequeño círculo rojo, en otro uno amarillo y en otro uno verde. Esto representa un semáforo que les ayudará a tener una adecuada gestión emocional. Si sienten que están a punto de explotar vayan al círculo rojo para hacer un stop, después pasen al semáforo amarillo y respiren profundamente o si necesitan una descarga de enojo, ten ahí un cojín para que lo puedan golpear sin lastimarse. Después pasen al verde para avisar que ya están en condiciones de volver a la normalidad o de proponer soluciones ante cualquier conflicto.
Identifica los elementos que pueden ser una distracción para tus hijos y deposítalos en una canasta.
No importa si son preescolares o escolares, tus hijos deben saber que no podrán tener aquel objeto o estímulo que los esté distrayendo mientrasd toman su clase. Es por ello que de común acuerdo deben tener una canastita donde todos en casa depositarán voluntariamente aquel elemento distractor que les esté impidiendo concentrarse. Si tus hijos ven que todos participan en esto democráticamente comenzarán a ponerse límites ellos mismos.
Ten contacto virtual con los maestros del colegio, sobre todo los que imparten las materias que más se complican.
Es muy importante que los maestros sepan que tus pequeños están teniendo dificultades en la concentración de su materia. Quizá no les esté interesando o se estén aburriendo con facilidad o el aprendizaje no les resulte importante. Sin embargo, si su maestro te da algunos tips para trabajarlos en casa y él también aplica algunas dinámicas especiales para atraer su atención, podrás obtener mucho mejores resultados.
Usa tarjetas de colores que simbolicen las emociones para que todos puedan expresarse a través de ellas.
Para poder comprenderse entre todos es importante que pongan un color a cada emoción y que la muestren en el momento en que algo esté pasando. Puede ser que tus pequeños se sientan aburridos, intolerantes, enojados, tristes, confundidos y no sepan cómo expresártelo. Los niños muestran sus emociones a través de acciones que muchas veces son inadecuadas. Para evitarlo lo mejor es que tanto tú, como papá y ellos tengan un código de comunicación que les permita expresar lo que sienten y así liberar la tensión.
Impulsa y motiva a tus pequeños con el ejemplo, deben notar tu entusiasmo cuando participan en clase.
Cuando escuches a tus pequeños participar en su clase es importante que perciban tu apoyo, ya sea de cerca o de lejos. Una mirada dice mucho más que mil palabras, un aplauso de motivación dice mucho más que una felicitación verbal. Realiza acciones que los hagan sentir motivados a pesar de que cada quien esté conectado con sus propias labores. De esta manera no intentarán llamar tu atención de forma inapropiada como un berrinche o una actitud negativa.
Hablen de cómo se sintieron durante la semana y permite que se expresen sin interrumpirlos.
Al final de la semana dales un espacio para que se expresen, puede que no tengan las palabras específicas aún pero recuerda que puedes usar la dinámica que te propuse de las tarjetas o del semáforo para que puedan expresarse. Quizá también puedan dibujarlo o contarlo. Lo importante es que todos tengan un momento de expresión emocional de manera saludable para que no vaya generando cargas emocionales durante el transcurso de los días.