Pedir perdón y reconocer un error no es un asunto sencillo. Nos cuesta mucho como adultos, así que imagínate cómo explicárselo a un niño que apenas aprende a hablar y a compartir. Pero como mamás, sabemos que es necesario educar en el perdón, pero con inteligencia emocional, no con obligación.
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Cuando forzamos a los niños pequeños a pedir perdón, no les enseñamos realmente el valor de una disculpa sincera, explica la educadora Miriam Escacena, experta en el método Montessori. Resulta que los niños perciben que estamos enfadados por su comportamiento y acaban pidiendo perdón solo para complacernos y evitar que sigamos enojadas. Sin embargo, el daño que han causado en el otro queda en un segundo plano.
Además, Escacena dice que forzarlos a pedir perdón en público puede afectar su autoestima. Esto es porque se ven expuestos y señalados ante el ojo ajeno, lo que hace que sientan humillación. La misma experta explica que no estamos escuchando su voluntad, sino que hacemos gala de un exceso de autoridad y los presionamos para que hagan algo que, quizá, no quieran en ese momento.
¿Cómo podemos fomentar y lograr que nuestros hijos pidan perdón sin obligarlos? Escucha estos consejos en nuestro pódcast 'Mamá Dice':