Más allá de las recomendaciones que puedas seguir de las instituciones oficiales ante el aislamiento social, como mantener una rutina en casa o llevar a cabo distintas actividades en familia para que tus hijos no tengan impactos emocionales, lo más importante es la actitud que perciban en ti. Las acciones que lleves a cabo deben de ser congruentes con las emociones que transmites. Podrías pensar que estás haciendo lo adecuado ya que sigues al pie de la letra cada una de las sugerencias de los especialistas, sin embargo, notas que tus hijos están asustados. La clave está en que si tú no has sabido manejar tu propia ansiedad, es muy probable que tus hijos tampoco lo estén logrando. Por más que intentes fingir tranquilidad, ellos pueden percibir de inmediato que no lo estás. Así que mantén tus preocupaciones bajo control y deja de hacer estas cosas que te comparto, para que todos logren encontrar equilibrio en medio del caos.
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No sólo se trata del miedo que puedan experimentar tus pequeños. Por lo tanto, es importante que tomes cartas en el asunto y no permitas que esto escale progresivamente y se trasforme en ansiedad. Hay ciertas señales importantes como que el niño se inquieta demasiado al separarse de ti, aun estando todos en casa. También te podría preguntar qué pasaría si mueren sus abuelos, por ejemplo. Además, puede tener síntomas físicos como dolor de cabeza, de estómago o insomnio.
No se trata de ocultarles lo que sucede. Al contrario, Unicef recomienda que hables con tus hijos y que les expliques lo que está sucediendo. No se trata de meterlos en una burbuja de cristal. Se trata de que te sientan tranquila, en control de la situación en casa para que puedas transmitirles la sensación de calma que todos necesitan y así, sentirse resguardados y protegidos. De esta forma tu caos interior no pasará a ser parte de su propio caos interior.
No hables de escenarios catastróficos frente a tus hijos.
Es importante que desahogues tus preocupaciones conversándolas con tu pareja, por ejemplo. Sin embargo, debes ser muy cuidadosa de que aquella descarga de miedo no sea percibida por tus hijos. Puedes compartirlo y permitirte un momento de llanto (si así te lo pide tu interior) pero por favor, sé responsable y no lo hagas frente a tus hijos o sabiendo que están cerca.
No discutas con su papá frente a ellos, es parte de la tensión, pero esto los puede asustar mucho.
Entre el descontrol de los horarios, la situación atípica de aislamiento, las preocupaciones desde su imaginación, la irritabilidad que sienten ante tanto cambio, es importante no sumar tensión en casa. Ellos deben sentir que papá y mamá son un equipo, quienes están a cargo en estos momentos. Si los ven discutir pueden sentirse muy inseguros, así que por favor no discutan frente a ellos.
Evita hablar de las muertes reportadas en los noticieros cuando hablas con familiares o amigos.
Preocúpate por tu bien emocional y el de tus hijos. Cuando tengas una videollamada con familiares o amigos, o cuando platiques con tu pareja del aislamiento, evita mencionar casos de decesos de personas conocidas o incluso desconocidas. Estos temas podrían echar a volar la imaginación de tus hijos y pensar que algo terrible les puede pasar a ellos también.
No hables del personal de salud como individuos que representan un riesgo.
El punto es que cuando todo esto pase, evites que tus hijos se queden con una falsa idea que los lleve a discriminar al personal de salud pensando que son un riesgo. Es importante que des un enfoque positivo y que hables de ellos como personas admirables que se preocupan por el bienestar de la comunidad. Es un momento de solidarizarnos, no de crear rechazos.
Evita la actitud negativa y derrotista, mantén una actitud positiva frente a ellos y respira.
Cuando te invada el estrés, respira, cierra tus ojos y piensa que tu casa es el lugar más seguro. En el hogar todos pueden estar juntos, llenos de amor y tranquilidad. Esta es una oportunidad de estar cerca, de conocerse en las buenas y en las malas. Al final, todo pasa y esto también pasará. Entonces, solo resta que les sonrías genuinamente.
No te desquites con ellos ante el estrés que sientes por el descontrol de horarios y rutinas.
Ellos también sienten el mismo impacto que tú, con la diferencia de que tú eres quien tiene que tomar el control. No quiero decir que reprimas lo que sientes, sólo te pido que lo hagas de forma saludable y con descargas emocionales sin desquitarte con ellos. Se trata de un proceso de adaptación al cambio y todos lo van a lograr conforme vaya pasando el tiempo, no te desesperes.
Al enseñarles los hábitos de higiene evita usar un tono catastrófico.
Hay muchos videos en la red que pueden ser de gran apoyo ya que tienen un sentido pedagógico y son divertidos para ellos. Es importante que cuando tú estés practicando estos hábitos evites comentarios con carga de angustia, mostrar preocupación o que los comentarios estén encaminados a evitar una enfermedad.
Si estás irritable y ellos también, no es momento de conversar.
No tiene caso que conviertas eso en un campo de batalla. Sé flexible e intenta recordarte que están viviendo un momento atípico y extraordinario como familia. No es momento de exigir orden en casa todo el tiempo, o impecabilidad en las tareas escolares. No olvides que este momento es histórico y lo recordarán desde el amor que sintieron de ti y de papá.
No les pidas que limiten el consumo de noticias cuando te ven a ti haciendo lo contrario.
En casa todos deben estar bajo la misma norma y no sobreexponerse a los noticieros durante el distanciamiento social. A veces como adulto puedes creer que, para tener todo bajo control, debes estar enterada de todo lo que está sucediendo. Este pensamiento es falso, lo único que lograrías con ello es sentirte impotente ante lo que no está en tus manos.
Cuida tu actitud cuando estés revisando el contenido de sus redes.
Si tu actitud es de policía le seguirás dando ese tono de peligro o de riesgo que debes evitar a toda costa. Lo mejor es que hagas un monitoreo discreto, es decir, intentando conversar con ellos desde preguntas como: ¿y ahora, con quién platicas? o ¿cuéntame, que hay de nuevo con tu amigo? Pero con un tono de interés por iniciar una conversación, no con voz de detective.
Deja que tengan contacto con sus amigos a través de la tecnología.
Aunque es un periodo de aislamiento, en realidad es de distanciamiento, esto quiere decir que es importante que tanto tú como ellos se mantengan en contacto con el mundo. Sin embargo, si cachas que en su conversación comienzan a hablar de temas que acrecentarían su ansiedad, no lo regañes, sólo pasa por ahí, saluda a sus amigos y sutilmente cambia el tema.
Cuando te sientas angustiada e incapaz de manejarte emocionalmente, dale el mando a tu pareja.
Entiendo que somos seres humanos y que a veces por más estrategias, respiración profunda o control mental que queramos tener, puede resultar imposible. Quizá en ese momento tu nivel de energía está muy bajo y necesitas recargar pilas o dormir. No quieras ser la súper mamá porque resultaría peor. Así que pide apoyo a tu pareja y duerme un poco.
No te niegues la posibilidad de recibir ayuda profesional on-line si sientes que tu angustia te está superando.
Te repito, no quieras ser la súper mamá y busca ayuda. En estos momentos tu red de apoyo de amigas o familia puede ser de gran ayuda para desahogarte. Sin embargo, a veces es necesaria la conversación con un profesional. Busca la posibilidad de tomar terapia on-line o de entrar a un grupo de apoyo on-line. Será de mucha utilidad y toda tu familia sentirá un impacto positivo.