Un gran error que a veces cometemos al educar a nuestros pequeños es forzarlos a practicar los valores más desde un "deber ser" que desde un "querer hacer". Y una de las virtudes más importantes para que practiquen de forma genuina es la generosidad. En estos tiempos de crisis mundial en todos los sentidos, nada mejor que enseñarles el camino de la solidaridad y la empatía, pues es solo así que llegarán a ser generosos de corazón sin sentirse obligados. Quizá te parezca una tarea difícil, sobre todo porque a muchos niños les es difícil compartir. Sin embargo, si sigues estos prácticos consejos, lograrás que tus hijos tengan este valor en su corazón por el resto de su vida y contribuyan a reparar el mundo que tanto anhelamos tener. Así que pon atención.
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La generosidad y la amabilidad son cualidades necesarias para un cambio de raíz en la humanidad. Es por ello, que tu ejemplo es un requisito imprescindible. Un niño generoso aprenderá a compartir en la vida, libre de apegos y sobre todo de manera desprendida si lo ve primero en ti. Por eso, es sumamente importante que lo vaya sintiendo de poco y a su propio ritmo para que sea auténtico. Inténtalo con estas estrategias que te comparto.
Escucha estos consejos para criar hijos generosos en este episodio de nuestro podcast 'Mamá Dice':
Que sean generosos sin esperar nada a cambio.
Muchas veces se piensa que “dar” siempre implicará recibir algo a cambio y esto no siempre es así, de hecho,una de las características de la generosidad es la actitud de desprendimiento. Para ello, es necesario que practiquen la incondicionalidad haciendo cosas por el planeta o labores de forma anónima, en donde no siempre reciban un reconocimiento directo por la acción realizada. La intención es que se queden con la satisfacción del resultado de la generosidad y no con la necesidad de reconocimiento o recompensa social porque de lo contrario estarían formándose en una práctica con las intenciones equivocadas.
Incúlcale el respeto a la diversidad.
El respeto en todos los sentidos es fundamental para expresar la generosidad y la tolerancia. Si tus hijos tienen bien inculcado el respeto a la diversidad y por lo tanto el respeto a lo que es diferente, les será mucho más fácil expresar sentimientos de gratitud sin discriminar y ser generosos con todos los que les rodean, sin poner ningún filtro de por medio. Cuando aprenden la inclusión, están adquiriendo la responsabilidad social necesaria que conlleva a aquel dicho que dice: “haz el bien sin mirar a quien” y por lo tanto, están en un estado óptimo de ser generosos.
Puede destinar una pequeña parte de sus ahorros para ayudar a alguna fundación.
Esto puede ayudar a que tu pequeño desarrolle responsabilidad social y apoye a algunas causas haciendo un pequeño esfuerzo económico que le implique desprendimiento. La generosidad esta relacionada con actitudes de desapego por lo que tu hijo puede aprender a hacerlo de esta forma cuando se siente cómodo dando un poco de lo que tiene sin sentir que le quitan. De esta forma se enfoca en ayudar a otros sin esperar nada a cambio como te lo mencioné en un consejo anterior.
Antes de dormir que pida un deseo para alguien.
Es muy importante que al menos un día de la semana, dedique sus buenos deseos y pensamientos positivos hacia algún ser querido, amigo o persona que sienta que necesita de apoyo emocional o de luz. Tus hijos deben estar conscientes de las necesidades de las personas y las buenas intenciones. Habrá muchas cosas que no estén en manos de tus hijos para resolver, pero una buena intención desde el pensamiento siempre será parte de una actitud generosa.
Que cocine para todos en casa.
Es una forma en la que lo estás entrenando para que considere a los demás e incluso aprenda a repartir compartiendo. Si prepara un postre, además de que puede ser divertido, también puede ser un acto de generosidad en el momento en que lo divide pensando en cada miembro de la familia. Pídele que coloque un papel escrito con el nombre de cada uno, pude poner un mensaje de gratitud con la intención de que piense en aquellas cosas por las que le gustaría decir gracias. Todo esto puede convertirse en un momento familiar de reciprocidad y de convivencia cálida, además de ser muy provechoso en la enseñanza de la generosidad.
Preparen los regalos de festividades en familia.
Cualquier festividad que implique obsequios, es una excelente oportunidad para que tus hijos sean generosos. Pueden usar sus ahorros para comprar algo lindo o prepararlo con sus propias manos y desde su creatividad. No se necesita mas que la dosis de amor que tus hijos coloquen en cada regalo. Lo importante es que cuando estén preparando todo como por ejemplo las envolturas, el vea que todos participan como familia, que es una actividad de generosidad y al mismo tiempo de colaboración. Todos en conjunto conviven, se apoyan y aportan su participación en la decoración de los regalos.
Practiquen la dinámica de la dulce sorpresa en casa.
Otra actividad que además de ser divertida y de convivencia, representa un momento de acercamiento afectivo a través de dejar un pequeño dulce de manera secreta. Todos en la familia pueden participar o puedes incitar a tu hijo a que lo practique con su grupo de amigos. Este juego practica la generosidad no solo en el sentido de obsequiar un dulce, también se trata de que sean los dulces favoritos de la persona a la que le va a dar ese detalle, esto implica darse el tiempo para investigar lo que le gusta y planear las pistas para que lo encuentre. Cuando lo haces como el tesoro escondido, le da un toque especial al juego.
El consejo más importante de todos, aunque te suene paradójico: “no lo obligues a compartir".
Tu pequeño, puede sentir que le quitan algo muy preciado, algo que le brinda seguridad y que por falta de experiencia y de comprensión de la realidad, puede llevarlo a pensar que será algo que nunca recuperará.
Enséñale a pensar también en los demás pidiéndole que dedique un dibujo o un cuento a alguien.
Es importante que viva la experiencia de la sonrisa que puede provocar a los otros haciéndolos felices con un pequeño detalle. Si decide contar un cuento a su hermanito, por ejemplo, estará haciendo todo lo posible para que se divierta. Así aprende a dar.
Utiliza pequeñas historias, cuentos o libros que hablen sobre la generosidad.
Además de fomentar juntos el hábito de la lectura, es una excelente oportunidad para que le hagas preguntas como por ejemplo: ¿Qué personaje te gustó más?, ¿Por qué? ¿Qué harías tú si…? Es una forma ideal de adentrarlo a la comprensión y asimilación del significado de generosidad.
Guíalo a que tenga pequeñas acciones altruistas y a que sea solidario.
La compasión puede surgir de preguntas como por ejemplo: ¿Qué crees que sienta esa persona que duerme bajo el frío? ¿Por qué los niños se pusieron tan contentos cuando les regalaste ropa? Así que más allá del hecho de donar o compartir, como verás, se trata de sentir.
Cuando lo recojas en el colegio, platícale tu acción solidaria del día y pídele que te diga la suya.
Esto es una forma de motivar e impulsar la conducta generosa. Si cada uno se pone como meta una acción solidaria del día y pone atención a ello durante una conversación cotidiana, se convertirá en un hábito no forzado.
Como te lo mencioné inicialmente, debes predicar con el ejemplo.
Puedes dejarle un pequeño detalle en su habitación para que lo encuentre cuando regrese del colegio. Pueden dar un poco de su tiempo a niños huérfanos o ancianos de algún asilo. Puede observar tu solidaridad al llevar comida a tu amiga enferma, por ejemplo.
Pongan una meta familiar a la semana como práctica de generosidad para la comunidad.
Las opciones podrían ser recoger la basura que se encuentren en la calle durante una semana o colocar recipientes de agua a los perritos sedientos en la calle. Lo importante es practicarlo y preguntar: ¿Cuántos perritos crees que ayudamos? ¿Cuánta contaminación evitamos en la comunidad?
Enséñalo a trabajar en equipo y siempre agradece sus contribuciones en casa.
Es importante un reconocimiento basado en frases como: “Agradezco que hayas recogido tu habitación, así me ahorraste tiempo”. Esto le hará saber que su contribución, siempre tiene un efecto positivo en alguien más y que en casa el trabajo en equipo es muy bien valorado.
Karina Suárez Fernández es psicóloga clínica, psicoterapeuta y mamá de dos adolescentes
Ahora puedes escuchar el contenido de MamásLatinas donde quiera que estés, a través de nuestro podcast Mamá Dice. Cada episodio contiene tips para la mujer y consejos prácticos enfocados en la crianza positiva y saludable. Escúchanos en tu plataforma de podcast favorita.