Un estudio de las Naciones Unidas ha puesto el foco sobre el hecho de que estamos en el momento de la historia en el que más bebés y mujeres sobreviven los partos en todo el mundo. Sin embargo, la parte más alarmante que ha revelado este estudio es cada 11 segundos muere una embarazada o un recién nacido en algún lugar del mundo.
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En el mismo estudio se desglosa que con los datos recopilados desde el año 2000 hasta hoy, las cifras de muertes infantiles a nivel mundial han disminuído a la mitad, y el de mujeres embarazadas a más de un tercio de las cifras previas. Los motivos que enumera el estudio para esta mejora en estadística son los avances en lo que se refiere a los cuidados médicos, así como los avances de la técnología que permiten prever posibles anomálias durante el embarazo o posibles problemas que podrían darse durante el parto.
A pesar del descenso en mortalidad infantil, la estadística es alarmante.
Es muy triste pensar que todavía siguen muriendo cada 11 segundos un bebé o una mujer embarazada, según un estudio comisionado por las Naciones Unidas.
Esto nos da una visión de la magnitud del problema en las zonas más pobres del planeta, que es lo que verdaderamente hace que se nos rompa el corazón al entender esta realidad.
6.2 millones de niños murieron en el planeta en 2018.
Esto representa casi un 0.1 por ciento del planeta.
Obviamente, los bebés recién nacidos son los más expuesto a estas muertes prematuras, pues 5.3 millones de los 6.2 fueron criaturas de menos de cinco años de edad.
El número de muertes de mujeres embarazadas, aunque descendió con respecto al siglo pasado, es también muy alta.
Según el mismo estudio, más 290,000 mujeres fallecieron en 2017 durante su embarazo o parto. Por más que los avances médicos han convertido el proceso de embarazo en algo bastante rutinario, lo cierto es que las mujeres siguen estando en un grave peligro al dar a luz.
Los habitantes del África subsahariana son los que corren mayor peligro.
Los servicios médicos de la región son los que peor parados salen en el estudio, convirtiéndo a sus habitantes en las más probables víctimas de muertes infantles o de embarazadas.
Según el estudio, la mujeres de esta región del planeta son 50 veces más propensas que las del resto del planeta a no sobrevivir el embarazo. Mientras que en los bebitos son 10 veces más propensos a fallecer.
La organización insta a los gobiernos a seguir invirtiendo en servicios de salud.
En la figura de la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, la organización ha pedido encarecidamente a los gobiernos internacionales que continúen apostando por invertir en servicios de sanidad y salud para así poder ayudar "a salvar estas preciosas vidas".
Lo positivo es que este es un problema que se ha solucionado en gran parte del planeta, por lo que debería poder aplicarse ese conocimineto en la otra, la menos favorecida. Pero, es importante que el enfoque de los gobiernos siga estando en el lugar correcto, en intentar ayudar a los más desfavorecidos para minimizar el riesgo de muerte para la mamá y el bebé.
