Ximena Duque es una mamá loquita por su pequeña Luna, pero eso no quiere decir que no sepa ser estricta cuando el momento lo merece. Su hijita tiene menos de dos años, pero ya demuestra un carácter muy marcado, por lo que Ximena sabe que este es el momento adecuado para enseñarle valiosas lecciones de comportamiento que acabarán marcándole positivamente de por vida.
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La caleña tiene un hijo de 15 años, por lo que sabe muy bien lo que significa criar a un bebito –aunque eso no le haya impedido pedir ayuda a sus seguidores con problemas específicos de la crianza. Quizás por eso también entiende que es importante compartir lecciones de aprendizaje que le puedan servir a otras mamás, pues al final de cuentas, no hay dos niños iguales, y cuantas más situaciones podamos compartir mejor podremos entender a nuestros pequeños.
Luna está en la época del "no".
Por eso Ximena quiere utilizar este momento clave en la vida de su pequeña para enseñarle una lección muy importante. Más allá de lo divertido que pueda llegar a ser debatir con una bebita, los papás deben hacerse respetar para que los niños sepan que tienen que obedecer sus directrices.
La pequeña está para comérsela, pero eso no quiere decir que tenga que salirse siempre con la suya.
Hay un fino balance entre hacer que nuestros hijos sean felices y se sientan queridos, y dejarles que siempre hagan lo que quieran. Es difícil negarles algo cuando son tan pequeñitos y tan lindos como Luna. Pero, por eso Ximena no pierde el tiempo en enseñarle a su bebita valiosas lecciones.
Ximena no cree en los azotes, pero sí en subir el tono de voz.
Para la colombiana lo importante es mandar el mensaje adecuado de la forma adecuada. Aunque muchos padres pierden los papeles y pueden llegar a azotar a sus hijitos, ella no comulga con eso idea. Sin embargo, sí que sube el tono de voz y se pone seria para que Luna sepa que debe obedecer inmediatamente.
La colombiana se toma muy en serio su papel como mamá.
A la actriz le tocó ser mamá cuando apenas tenía 21 añitos, por eso ahora con Luna está muy bien preparada. Para ella, su rol más importante es el de ser mamá, por eso no deja de recordar en redes sociales que está feliz pudiendo inculcar toda su experiencia en este mundo en sus pequeños (y no tan pequeños) Cristian y Luna.
Nada llena más de orgullo el corazón de Ximena que ver a sus hijos felices.
Al fin y al cabo, para esto es para lo que trabaja tan duro día a día, para que sus dos retoños puedan sonreír tranquilos y felices. La colombiana ha creado una bella familia de la que está sumamente orgullosa, y sus hijos sienten ese amor incondicional de su mamá.