Antes que nada, es importante que sepas que si tus pequeños tienen entre tres y cinco añitos, están totalmente dirigidos por la fantasía y podríamos considerar normal el hecho de que te digan una que otra mentirita debido a su vasta imaginación. Es decir, no te mienten a propósito, en realidad es parte de su desarrollo. Por otro lado, si tu pequeño sigue mintiendo después de los siete años cuando ya distingue lo cierto de lo falso, estamos hablando de un mal hábito que es necesario reorientar. Parte de nuestra labor como padres es formar a nuestros pequeños en la honestidad y el respeto. Sin embargo, es mejor comprender los motivos principales que los llevan a mentir, y después utilizar estrategias adecuadas para evitarlo. Aunque desde ya te adelanto que el castigo nunca te va a funcionar. Así que cuando te hablo de estrategias, te estoy hablando de incentivos que los guíen a preferir decir la verdad. Quiero proponerte formas distintas a las acostumbradas con las que te aseguro que tendrás mucho más éxito en tu labor formativa.
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Cuando tu hijo distorsiona la realidad, lo hace con el objetivo de manipular la situación a su favor y los motivos pueden ser múltiples; desde miedos hasta incapacidad de afrontar consecuencias, o incluso por imitación. Lo importante de que conozcas la causa, es que te ayudará a comprender mucho mejor sus emociones y a conocer sus temores más profundos. Se trata de ayudarlo, no de juzgarlo. Así que educarlo en valores como la honestidad, requiere mucha más comprensión y corazón de tu parte.
La primera regla es que para que tu hijo aprenda a decir la verdad, necesita sentirse en un espacio de confianza, de tranquilidad y de empatía. Esa labor requiere mucha paciencia por lo que necesitas fomentar un entorno relajado que lo ayude a entender que mentir o falsear información puede generarle más problemas que beneficios. No basta con hablar con él o regañarlo por lo mal que está mentir, en realidad hay que guiarlo poco a poco a medir los efectos de una mentira para que por propia elección decida no hacerlo.
Causa: Buscan tu aprobación y por lo tanto no quiere que te decepciones de ellos.
Los niños hacen muchas cosas para complacer a papá y mamá y pueden mentirte para que no te enojes con ellos y para no sentirse rechazados. Su necesidad de aprobación es equivalente a su supervivencia emocional. Si se sienten aceptados, se sentirán seguros y si necesita mentir para lograrlo, lo hará.
Estrategia: Fomenta la autoconfianza en tu hijo y de esta forma evitarás que mienta para buscar aprobación.
Tu hijo necesita saber que no necesita complacerte todo el tiempo, que tiene derecho a decir “no” aunque tu no estés de acuerdo. Que va a tener tu reconocimiento aun ante los posibles fracasos y que siempre estarás apoyándolo pase lo que pase.
Causa: Miente porque a veces tú misma dices “mentirillas inocentes” frente a él y lo confundes.
Como te lo he sugerido en otras notas, sé congruente, evita mentir frente a él y por muy inocente que consideres la mentira que dices, no deja de ser mentira y él podría sentir y pensar que está bien hacerlo y cuando lo regañas por ello, es lógico que se confunda.
Estrategia: Dale un buen ejemplo y sé honesta, acepta cuando te equivocas.
La mejor forma de guiarlo a decir la verdad es lo que puede aprender de ti. Si se da cuenta que no mientes y que además no buscas la aprobación de otros, aprenderá la honestidad. Además, si nota que sabes aceptar un error y hablas de ello con naturalidad, sabrá que no está mal equivocarse.
Causa: Miente porque quiere proteger a alguien o protegerse a sí mismo.
Si tu hijo es víctima de bullying, buscará estar a salvo haciendo todo lo que el niño que lo acosa le pide. Si entre estas cosas está mentir, no dudará en hacerlo con tal de que ya no lo moleste más. Ponte alerta e investiga en la escuela cómo es su desenvolvimiento social.
Estrategia: Observa si tiene conductas que te indiquen que sufre bullying e infórmate en la escuela.
Existen señales muy importantes y la principal siempre será la renuencia repentina a acudir a la escuela. También puedes notar que llega a casa con alguna pertenencia rota e incluso notas que se le ha quitado el apetito.
Causa: Porque solo obtiene tu reconocimiento cuando cumple totalmente tus expectativas.
Puede convertirse en la personita que tú esperas que sea sólo cuando está frente a ti y con el único objetivo de cumplir tus expectativas. Sin embargo, cuando tú no estás presente, actúa como quiere ser y pareciera tener dos personalidades.
Estrategia: Es importante reconocer a tu hijo cumpla o no tus expectativas.
Respeta la esencia de tu pequeño, su libertad interior depende muchísimo de que aceptes que no siempre tendrá tus mismos gustos o tu misma forma de ver la vida. Permite que cuestione e incluso permítele ser él mismo sin dejar los límites de lado.
Causa: Porque no estás abierta al diálogo y para evitar castigos, prefiere mentir.
Gran parte del éxito en la comunicación con nuestros hijos implica que pase lo que pase, es importante escucharlos y validar lo que nos digan. Primero dar la oportunidad de que confíen para después decirles: ¿Cómo te gustaría resolver este problema en el que te metiste?
Estrategia: Escúchalos y guíalos a encontrar las soluciones sin que dejen de afrontar las consecuencias.
El hecho de que tus hijos confíen en ti no significa que debas ser permisiva, solo que tú serás la guía para que sepan afrontar los efectos de sus decisiones. Si lo haces de forma amorosa te contarán muchas cosas y no acudirán a la mentira como una solución práctica.
Causa: Porque le gusta manipular el entorno e incluso puede resultarle divertido.
En este caso, te está dando señales de ser poco empático y por supuesto no nota que su mentira puede traer consecuencias a otros. Un niño que se divierte mintiendo, tiene un nivel cognitivo muy elevado. El problema está en que planear una mentira se convierte en su prioridad y le resulta un reto.
Estrategia: Enséñale a ser empático y permite que desarrolle sus habilidades cognitivas con otro tipo de retos y desafíos.
El que encuentre desafiante mentir impide que tome consciencia sobre los efectos. En este caso solo necesitas preguntar: ¿Qué crees que pase a otros si mientes? Además, puedes llevarlo a clases de retos matemáticos o que descifre acertijos. Busca desafíos saludables.
Causa: Porque es la única forma que ha encontrado para llamar tu atención y comúnmente lo hacen diciendo que están enfermos.
Las conductas inadecuadas en nuestros pequeños, muchas veces tienen el objetivo de llamar tu atención porque quizá te sientan muy indiferente. No quiero decir que mentir esté bien. Sin embargo, puede que cuando lo hagan, a pesar del regaño, sienten tu atención.
Estrategia: Felicítalo cuando no mienta e intenta tener más contacto afectivo con él.
Reconoce su esfuerzo por decirte la verdad, él necesita notar que atrae mucho más tu atención cuando es honesto que cuando no lo es. Además, si te dice estar enfermo es porque quiere tus apapachos. Hazlo más continuamente para que no necesite mentir para sentirte cerca.
Causa: Porque lo castigas muy severamente por cualquier situación sin distinción.
Si eres exageradamente estricta, y lo castigas igual por una cosa de menor gravedad que por una de mayor gravedad, no estás diferenciando y quizá para evitar el castigo prefiera mentirte porque sabe que sea o no importante, te vas a enojar y lo castigarás.
Estrategia: Maneja el método de las consecuencias lógicas.
Este método implica que, si tiene una conducta inadecuada, deberá de repararla en función de la misma. Por ejemplo, si rompió tu jarrón favorito, la consecuencia sería encontrar la forma de repararlo o adquirir uno nuevo con sus ahorros.
Causa: Porque se siente sin tu apoyo a la hora de enfrentar un problema.
Si tu hijo se siente incapaz de afrontar una situación, preferirá mentir como una salida fácil y que le evitará asumir consecuencias. Por otro lado, es posible que sienta que no cuenta con tu orientación o comprensión y que sólo lo regañarás.
Estrategia: Hazle saber que siempre cuenta contigo y sobre todo demuéstraselo para que se sienta respaldado.
Aunque se haya metido en un problema muy grave y, por supuesto que esto le traerá consecuencias lógicas y naturales que tendrá que asumir, es necesario que durante el problema lo escuches y lo guíes en la búsqueda de alternativas de solución. Siempre como su mayor respaldo.
Causa: Porque le da flojera y hay muchas tareas por las que no se quiere esforzar.
Los niños prefieren seguir jugando o viendo su serie favorita en lugar de cumplir una obligación. No quiero decir que no le creas pero si te dice que ya recogió sus juguetes o que ya hizo sus labores escolares, es importante que le des seguimiento para ver si es real.
Estrategia: Supervisa que esté realizando sus tareas y lleva una lista de actividades que el pueda palomear.
Fomentarles buenos hábitos a nuestros hijos requiere de supervisión. Sin embargo, no te confundas, supervisión no es perseguirlos. Se trata sólo de saber si realmente ya se lavó los dientes comprobándolo, o que ya terminó la tarea revisando.
