
El mismo día en que anunciaron de manera oficial que iban a ser papás por primera vez, Meghan Markle y el príncipe Harry llegaron a Australia para iniciar su gira oficial por Oceanía. La pareja tendrá una apretada agenda que les hará completar 76 actividades oficiales, y ya hasta han recibido sus primeros regalos oficiales para el bebé. Su visita durará hasta el 31 de octubre y durante este tiempo visitarán Australia, Nueva Zelanda, Fiji y Tonga. Este marca el primer viaje de la pareja estando Meghan embarazada y, de momento, la duquesa lo está pasando de maravilla.
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Hace bien la exactriz estadounidense en aprovechar el viaje por Oceanía, pues el protocolo de la Casa Real para lidiar con embarazos ya se ha activado y pronto verá seriamente limitadas sus actividades. Aunque quizás lo más decepcionante para cualquier mamá que haya nacido en Estados Unidos será el hecho de que la nueva duquesa no podrá recibir regalos en su baby shower.
Por eso, seguro vamos a ver a Meghan más feliz y radiante que nunca, disfrutando de uno de sus últimos viajes oficiales a tierras lejanas hasta que dé a luz. Su primera parada en su gira fue un Sídney, Australia, donde se reunieron con el gobernador de la nación y su esposa, quienes le obsequiaron sus primeros regalitos al bebé real que está en camiso: un canguro de peluche y unos zapatitos marrones, al no saberse el sexo de bebé.
Los duques de Sussex visitaron Dubbo.

La zona de New South Wales ha sido abatida por una terrible sequía, que ha afectado a la alimentación del ganado local, la producción de empleo, y las reservas de agua de la región. Meghan y el príncipe Harry viajaron hasta el evento comunitario y compartieron una bonita mañana con la localidad.
La pareja de futuros papás pudieron disfrutar de un baile típico.

Lucen tan lindos y enamorados.
Harry se atrevió a intentar lanzar un boomerang.

El príncipe se divirtió jugando con el artefacto, aunque según los reportes locales, no pudo hacerlo regresar, como se supone que hacen al ser lanzados. Al final del evento, los duques se quedaron el boomerang como recuerdo.
Meghan tuvo que aguantarle el paraguas a su esposo mientras daba un discurso.

Aunque a la región la había azotado una terrible sequía, justamente el día de la visita de los duques llovió a cántaros. Harry mencionó en su discurso todo lo que habían aprendido ese día acerca de la precaria situación de la región, asegurando que un poco de lluvia ese día no iba a solucionar sus problemas, pero que igualmente era bienvenida. Meghan no dudó en ayudar a su esposo sujetándole el paraguas mientras este pronunciaba su discurso.
En su visita a Melbourne, los duques de Sussex se dieron un gran baño de masas.

Fueron recibidos en el país de una manera muy cariñosa y en su visita a Melbourne pudieron compartir con cientos de seguidores que colamaron las calles para saludar a los futuros papás.
Meghan intentó aprender a jugar al fútbol australiano.

En su tercer día de visita, Meghan y Harry fueron recibidos por el Governador de Victoria en Melbourne. A Meghan le quisieron mostrar cómo se juega al fútbol australiano, pero parece que a la exactriz se le da mejor el fútbol americano.
A la pareja se les vió relajados y vestidos de manera semi-formal en la recepción oficial.

Ni Harry llevaba corbata ni Meghan un traje de gala. Los duques de Sussex se están mostrando muy campechanos y cercanos en su visita a Oceanía.
A Meghan ya se le nota la barriguita de embarazada.

La duquesa ya no tiene nada que ocultar, por eso sus vestidos no tienen que ser amplios y con volantes. Ahora Meghan muestra con orgullo su pancita de embarazada.
Hubo tiempo también para visitar la playa del Sur de Melbourne.

No era un día especialmente soleado, pero Meghan y Harry puedieron disfrutar del olor a mar.
En Melbourne, la pareja pudo saludar a los salvavidas de la Guarda Costera australiana.

Como parte del protocolo, Meghan y Harry saludaron al heróico cuerpo de salvavida de la Guarda Costera de Australia. Uno de los salvavidas estaba visiblemente emocionado ante la ocasión.
En el cuarto día de su visista Harry y Meghan disfrutaron en una de las playas más famosas del mundo.

De vuelta a Sídney, la pareja pasó la tarde en Bondi Beach, con la asociación OneWave, que utiliza el surf para lidiar con los problemas mentales de sus miembros Fue sin duda el momento más divertido para la pareja hasta el momento en su visita oficial.
Derrochan tanto cariño el uno por el otro.

Da gusto ver a esta parejita.
En su primer día en Australia se les organizó un cóctel de bienvenida en la casa del gobernador.

Meghan pudo charlar con los invitados, los cuales aprovecharon para felicitarle por la buena nueva de que pronto será mamá.
A la mañana siguiente, la pareja tuvo una recepción oficial en el Admiralty House con el gobernador australiano y su esposa.

Durante este evento, los duques de Sussex recibieron sus primeros regalos oficiales para su bebé, de mano de los gobernadores australianos: un canguro de peluche y una botitas.
También visitaron el zoológico de Taronga, en Sídney.

Allí pudieron pasear y conocer a dos koalas. Una es Rubi, y el otro su hijito, a quien han llamado Harry.
Meghan también pudo acariciar a un puerco espín.

No todos los días se tiene la suerte de tener a un puerco espín calmado tan cerca, y Meghan no dejó pasar la oportunidad de acariciarlo. ¿Qué dirá el protocolo de la Casa Real sobre esto?
Vieron un adelanto de 'Spirit 2018' antes de que el grupo de baile se embarque en su próxima gira.

La actuación tuvo lugar el mítico edificio de la Opera en Sídney, donde la compañía de baile Bangarra puso en escena una actuación especial para los duques de Sussex antes de partir en su gira, que les llevará a India y Japón.
Los duques de Sussex fueron recibidos con todos los honores en Sídney.

A pesar de que su llegada coincidió con una información publicada acerca del deseo de la mayoría de jovenes (entre 25 y 34 años) australianos de convertir el país en una república, fueron muchos los ciudadanos que salieron a las calles a recibir al príncipe Harry y su esposa Meghan en su primer día de visita oficial al país.
Harry pudo reencontrarse con su amiga Daphne Dunne.

El príncipe había conocido en la anciana en su visita al país en 2015 y luego volvió a verla en 2017. Ahora aprovechó su visita para presentarle a su esposa.
Esta fue la primera vez que Harry y Daphne se conocieron.

Han pasado sólo tres años, pero Harry está muy cambiado. Ahora es todo un hombre, casado y esperando ser papá en la primavera que viene.