Mensajes que mandamos a nuestros hijos sin querer que ponen a las niñas en peligro

Las palabras de las madres y los padres quedan grabadas en la mente de los hijos para siempre, en especial cuando las repetimos a menudo, o son parte de un mensaje general que reciben en la sociedad. La mayoría son súper positivos, como los de amarse a uno mismo, que afianzan la autoestima. También los que les hacen tener confianza en sí mismos, como cuando les decimos que pueden alcanzar cualquier meta que se pongan. Lamentablemente hay otros que son destructivos, en especial para las niñas.

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Son frases que decimos las mamás latinas con frecuencia. Las hemos escuchado toda la vida y muchas las repetimos hasta sin darnos cuenta de los mensajes machistas, desvalorizantes hacia las mujeres y hasta nutridores de la misoginia. 

Para que te des una idea del mal que le hacemos a los hijos sin querer te paso este dato de una encuesta entre adolescentes que se hizo este año en América Latina: Un 63% de las chicas creen que los celos -incluso los más intensos- son una demostración de amor, y 50% piensa que es normal que un hombre las amenace con matarlas.

Estas y otras creencias vienen de la crianza y por eso es importante pensar qué enseñamos a los hijos en cuanto a las relaciones de pareja y al valor y la identidad de género. Dejemos de repetir dichos y mensajes que solo ponen en peligro a nuestras niñas y hacen infelices a nuestros niños.

"Calladita te ves más bonita".

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Aunque muchas lo decimos como una invitación a la discreción, lo que las niñas y los niños escuchan es que las mujeres no debemos dar nuestra opinión. ¡Qué locura!

"Si te pega es porque le gustas".

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Es fácil caer en la tentación de decirle esto a nuestras niñas, pero es un grave error. Es posible que les estemos enseñando a aceptar la violencia como una demostración de amor. Es la normalización del abuso sexual y físico en la adultez.

Si tienes un hijo varón y escucha lo mismo, pues ya sabes a qué le estás dando permiso.

Algo parecido va con aquello de que "a las niñas no se les pega".

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O aquello de que a "las damas ni con el pétalo de una rosa". No se le pega a nadie. Punto. Esa es la regla que hay que enseñar. Aunque suena muy bien, el mensaje es que las mujeres son débiles.

Ya sabemos que no es cierto, más ahora que vemos en las películas a mujeres guerreras peleando físicamente con los hombres. Se les enredan los mensajes en la cabeza. El mejor es aquel de que "la violencia solo puede ser el último recurso".

"Así ningún hombre te va a querer".

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Es una frase presión para obligar a las niñas a ser más sumisas y menos ellas mismas. Además, entrega el poder a los hombres y les hace creer que su valor está atado a tener a un hombre al lado.

Por otro lado, también les estamos enseñando a los varones que ellos tienen la última palabra y que su amor se puede condicionar a la "obediencia" de la mujer.

"Las señoritas no hablan así".

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El lenguaje soez no pertenece a ningún género. Es maldeducado para los dos.

"Tenía que ser mujer".

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¡Cuántas veces no habremos escuchado eso cuando es una mujer la que se equivoca cuando conduce el auto, o cuando hace algo torpe o socialmente criticable!

Lo cierto es que ningún género tiene el dominio de los errores. Es más, se ha comprobado que las mujeres son mejores choferes que los hombres. Lamentablemente, es algo que se repite y se repite afectando la autoestima de nuestras chicas.

"Ese es un niñito faldero".

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Pequeños que son más sensibles y apegados a las mamás son criticados con saña. Hacemos de ellos niños o vulnerables o desapegados a sus emociones. Son justamente muchos de ellos los que luego son víctimas de abuso o abusadores.

Los niños y las niñas necesitan afecto y necesitan aprender a ser independientes. Cada uno a su propio ritmo.

"Ese es trabajo de hombres".

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A menos que estemos hablando de una cuestión de fuerza bruta, ya no hay trabajos de hombres o de mujeres. Todo depende del interés, capacidad y entrenamiento.

"Ese corre como una nena, o pega como una nena".

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Las nenas no corren o pegan de ninguna manera en particular. Cada persona es diferente, pero la frase implica que las chicas lo hacemos mal o debilmente. Una frase así hace daño a los niños y a las niñas.

"Ese niño es tan guapo que parece una niña".

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La belleza es subjetiva y no característica de ninguno de los dos sexos.

"¡Qué marimacho!"

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Hay chicas que son más físicas, hay chicos que son más tranquilos. No hay nivel de actividad establecida según el sexo de un niño. 

Con comentarios como esos hacemos que los niños maltraten a las chiquitas que son más activas y que les pueden dar competencia. También inhibimos a las niñas y no les estimulamos a que usen su cuerpo y sean fuertes.

"Esa es una regalada".

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Las jovencitas coquetas o sexualmente activas no son "fáciles". De hecho, su vida está lejos de ser fácil. La manera de ayudarlas no es criticarlas sino incluirlas y ayudarlas a obtener la atención que necesitan. Por otro lado, los varones deben aprender a cuidarse también. El respeto al cuerpo aplica a todos los humanos.

"¿Quién es el hombrecito de la casa".

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La presión que ponemos sobre los varones no solo es injusta, sino sexista. La palabra "hombrecito" va a acompañada de un montón de características que socialmente los latinos pensamos que debe tener un hombre, como ser fuerte y llevar la responsabilidad y autoridad de la casa. Hoy en día cualquiera puede asumir ese rol. Es más, lo mejor es que sea compartido.

"Así son los varones".

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Es la frase con la que suelen justificar comportamientos inmaduros, agresivos o desordenados. Lo cierto es que tanto los varones como las niñas deben aprender a controlar sus impulsos. De pequeños y de grandes.

"Si se viste así es porque está pidiendo 'pelea'"

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Pelea es un eufemismo para hablar de sexo. En la encuesta de adolescentes latinoamericanos un 72% de las mujeres violadas tenían la culpa porque se habían vestido provocativamente, o porque habían tomado alcohol.

Hay que enseñar a las chicas a vestirse de una forma que no sea sexualmente agresiva porque ellas tienen mucho más que ofrecer que su cuerpo, no porque eso es darle permiso a nadie para que las viole. Lo mismo va con los varones.

"Tienes que hacerte la dura".

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Un 69% de los jóvenes encuestados indicaron que las chicas quieren decir que no, cuando en realidad quieren decir que sí. Es una de las razones principales de las violaciones y el abuso doméstico.

Las manipulaciones pertenecen a las telenovelas y los violadores en la cárcel.

"Qué rica te quedó la comida, ya te puedes casar".

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¿Le decimos eso a los hombres? No. En realidad, lo que deberíamos decirles tanto a chicos como chicas que se defiendan en las labores del hogar, es que estamos orgullosas de ellos porque se saben cuidar a sí mismos y a sus espacios.

"A las feministas no les gustan los hombres".

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Hoy en día ser feminista es promover la igualdad de género en derechos, salarios, oportunidades y, claro las responsabilidades también. Es gritar a los cuatro vientos el que hombres y mujeres somos diferentes, complementarios y nos merecemos lo mismo. 

Eso no tiene nada que ver con la atracción sexual. Afortunadamente, cada vez hay más hombres que se declaran feministas porque defienden estos ideales.

"Las mujeres han nacido para ser madres".

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¿Decimos que los hombres han nacido para ser padres? No generalizamos. La decisión de ser madre es algo muy personal. Hay mujeres que son madres terribles. Hay hombres que son padres maravillosos. 

Hay mujeres buenísimas que decidieron o no consiguieron ser madres, así como hay mujeres terribles que sí lo son.

"Si no te cela no te quiere".

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Es un mensaje errado y peligroso. Los celos no son hijos del amor, sino de la inseguridad. Enseñar a las chicas a ver a los celos como algo positivo las pone en peligro, hasta de vida. 

Si no lo vieran así, muchas saldrían corriendo a la primera señal de que están con un hombre inseguro, posesivo e inestable. Quizá podríamos cambiar la dolorosa estadística de que más de la mitad de las mujeres asesinadas en Estados Unidos murieron a manos de su pareja o su ex pareja.