La lista de historias de personas de color que han sufrido algún tipo de discriminación, agresión o bullying por parte de un racista va en alza. Cuando le sucede a un adulto es desagradable; pero, cuando la víctima es un niño, la situación se vuelve dolorosa y más que preocupante. Sin embargo, hay cosas que puedes hacer para ayudar a tu hijo o cualquier otro pequeño que sufra un ataque de ese tipo.
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Con suerte, ni tus hijos ni tú tendrán que usar estos consejos. Pero como están las cosas hoy en día, deberías estar preparada para ayudarles tanto a que se defiendan, como a que eviten situaciones difíciles.
Pero, lo más importante es que cualquier experiencia desagradable no le afecte su autoestima ni le haga sentir vergüenza de ser latino. Hoy más que nunca es esencial cuidar a nuestros niños y reforzar lo maravilloso que es ser parte de nuestra hermosa cultura.
A menos que la situación sea extrema, los bullies se aprovechan de las debilidades de la gente.
Lo más importante es que tu niño se sienta orgulloso de su cultura. Esto requiere en estos tiempos que los padres hagamos un poco de esfuerzo por enseñarles lo más lindo que tenemos los latinos, que es el amor por la familia, la solidaridad y la alegría con la que afrontamos la vida.
Enseñarle las cosas más 'cool' de nuestros países también ayuda a reforzar su orgullo.
La gran ignorancia que hay en Estados Unidos sobre las maravillas de América Latina a veces se contagia a nuestros pequeños. Enséñales las cosas con las que ellos pueden identificarse más fácilmente. Háblales, por ejemplo sobre los científicos latinos que están haciendo cosas maravillosas, de lo hermosas que son nuestras ciudades, o incluso, del trabajo de las estrellas de YouTube y las redes sociales que hablan español. La idea es que se den cuenta de que la cultura latina es tradicional, pero que también tenemos cosas cool y modernas.
Si su orgullo de ser de origen latino es fuerte, los intentos por agredirlos por ese lado disminuirán.
Pero, si hay algún bully lo quiere molestar, hay cosas que tu hijo puede hacer y le ayudará a estar preparado.
Lo primero es ignorar a los bullies.
La mayoría de ellos se cansa cuando no causan la reacción esperada. Explícales a tus hijos que ponerse a la defensiva es como alimentar un fuego. Cuando les hables, reconoce que no será fácil para ellos el no reaccionar, pero que es lo mejor que se pueden hacer.
Si la cosa continúa o más de un niño lo está molestando, necesitan ayuda de los adultos.
Esto no es algo que se logra de la noche a la mañana, a menos que se trate de un niño pequeño. Los más grandes creen que ellos pueden solos y a veces se sienten mal cuando tienen que acusar a un compañero, pues temen que los demás los aislen. Por eso, es importante crear la confianza por anticipado. Déjales saber que pueden hablar de estas cosas contigo. Escúchalos y respeta, cuando se pueda, lo que ellos quieren hacer al respecto.
Aprovecha para preguntarles cómo están las cosas en la escuela cuando estén haciendo otra cosa, como leyendo o cuando van en el auto.
Habla de la situación con el maestro o maestra que te inspire más confianza a ti o a tu hijo.
Un buen aliado en la escuela vale oro. En la mayoría de los centros educativos de Estados Unidos hay políticas muy estrictas contra el bullying de cualquier tipo, pero más cuando se trata de racismo u otro tipo de discriminación.
Antes de presentar una queja formal en la escuela, infórmate bien.
En el sitio web de tu distrito escolar podrás encontrar cuál es la política y el castigo en casos así. También te dirá qué necesitas llevar como prueba.
Averigua bien quiénes son los que están molestando a tus hijos.
En nuestra cultura, lo más común sería hablar con los padres de los niños que están molestando o atacando a nuestros hijos. Lamentablemente, en algunos casos de discriminación o racismo, los chicos no hacen más que repetir lo que oyen en casa. Por eso es mejor saber con quién estás tratando primero y, por lo general, es mejor que sea la escuela la que maneje la situación.
Presta atención a los cambios de comportamiento de tu hijo.
Si de repente se niega a hablar español o se enoja si hablas español en público, si dice que odia ser latino o ves que se avergüenza de nuestra cultura, no te enojes. Espera a un momento en el que estén haciendo algo divertido y aborda el tema con mucho tacto.
Lamentablemente no se puede tapar el sol con un dedo.
Los niños más grandes se beneficiarán de una charla en familia sobre lo que le está sucediendo a otros jóvenes de los grupos minoritarios en el país. Esto abrirá la conversación sobre lo que está pasando en su escuela, específicamente. Aprovecha esas conversaciones para explicarles qué deben hacer si se encuentran en esa situación.
Habla con otras mamás de niños latinos.
Es posible que haya otros niños que estén pasando por lo mismo.
Estimula a tus hijos a inscribirse en actividades extraescolares.
Si puede ser en la misma escuela, mejor. Las escuelas públicas suelen ser grandes y es difícil encontrar a un grupo de buenos amigos que ayuden a tus hijos a crean un círculo de amistades que le den apoyo. En las actividades que hay después de clase, muchos niños encuentran a sus compinches, que les harán la experiencia más llevadera.
Si tu hijo se encuentra con un racista en la calle, la policía recomienda evitar confrontaciones.
Es muy importante que entiendan que deben evitar confrontamientos a como dé lugar. También ínstales a no temerle a las autoridades, y si se encuentran en un enfrentamiento con la policía, nunca perder la cabeza y obedecer. Las cosas después se arreglan.
Recuérdales que estos ataques no son personales.
Son un reflejo de la ignorancia y del odio que lleva el bully por dentro. A los racistas y a los bullies les da igual si sus víctimas nacieron o no en Estados Unidos, si hablan español o no, o de qué país viene su familia. Pero, lo importante es que tus hijos sepan que nada de eso es personal y que no deben prestar atención. Y claro, si la cosa se pone más seria, SIEMPRE deben recurrir a un adulto y reportar lo ocurrido.
