Los dientes son duros y fuertes, pero hay alimentos que pueden acabar con ellos y crear problemas serios de salud y estética bucal. Obviamente, cualquier problema con los dientes termina produciendo dolor y, en este país, un golpe financiero importante.
Más de MamásLatinas: Costumbres latinas que le están dañando los dientes a tu bebé
En el caso de los niños, también afecta el desarrollo del lenguaje, el desempeño escolar y hasta la autoestima.
Por eso, es esencial saber qué alimentos hay que evitar, o al menos, estar pendiente para lavarles los dientes rapidito después de comerlos, para que tengan una boca saludable y hermosa.
Los caramelos son los peores enemigos de los dientes.
No solo son duros, lo que puede dañarlos, sino que el azúcar es glucosa y se convierte rápidamente en las bacterias que producen las caries.
Lo mismo sucede con los alimentos horneados dulces.
Pasteles, donas, cupcakes. Ya sabes, dónde hay dulce o glucosa, hay bacterias enemigas de la sonrisa de tus niños.
Todos los alimentos que crujen son peligrosos.
Es fácil que se queden entre los dientes. Además, en el caso de las papas fritas, por ejemplo, se convierten en glucosa y, ya sabes, bacteria que causa caries.
La pasta se puede pegar a los dientes.
Eso no solo produce caries, sino que si se queda entre ellos y las muelas puede terminar dañando a las encías.
Los jugos, aunque sean naturales, tienen glucosa.
Pero los que son comprados son los peores, pues las empresas suelen agregarle azúcar.
Los cítricos afectan el esmalte de los dientes.
Esto a su vez los debilita y los hace más vulnerables a las bacterias.
Morder cosas duras puede dañar los dientes.
Además, las cosas frías pueden causar dolor si hay una caries o una sensibilidad dental.
Las comidas pegostosas son fatales para los dientes.
Siempre dejan algún residuo en los dientes, complicando el problema de la placa y las bacterias.
Las bebidas deportivas están muy cargadas de azúcar.
Su excesivo colorante también es malísimo para los niños. Si tienes un pequeño o pequeña atleta, busca las que tienen poco o cero contenido de azúcar. También asegúrate que tus niños se enjuaguen la boca con agua después de beber.
Los refrescos debilitan los dientes y más.
Son malos para los huesos también. Además, tienen un alto contenido de azúcar, que promueve la aparición de las caries.
