Siempre me ha gustado la fotografía, pero como me casé con un fotógrafo profesional, él es quien se encarga de tomar la mayoría de las fotos en nuestra casa. Lo bueno es que he aprendido varios truquitos de él y ahora los comparto para que las fotos de tus hijos queden lo mejor posible.
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Recuerda que en esta era digital no tenemos que preocuparnos por la cantidad de fotos que tomamos ya que ya no usamos rollos, así que saca muchas, muchas fotos.
No todas las fotos tienen que ser posadas.
Muchas veces las mejores fotos son las que se toman inadvertidamente, sin que tus hijos siquiera se den cuenta. Tal vez puedes captar a tu hija jugando con su juguete favorito o cuando está comiendo o hasta durmiendo. Así tendrás un recuerdo que la muestre tal y como es.
No te olvides de los detalles.
Las fotos no siempre tienen que incluir el cuerpo entero de tus hijos. Un primer plano de sus ojos o si son bebitos de sus manitas o sus pies también pueden ser maravillosas. A mí me encanta sacar fotos de la mirada de mi hijo menor porque tiene unos ojos grandotes y unas pestañas larguísimas.
Busca la mejor luz del día.
Las fotos salen mejor con la luz de muy temprano por la mañana y justo cuando se pone el sol. A otras horas la luz es muy fuerte y causa muchas sombras. Esto no quiere decir que no puedas tomar fotos a otras horas que no sea temprano en la mañana o al atardecer. Sólo acuérdate de usar el flash manual aunque te parezca raro.
Fíjate bien lo que estás enmarcando.
A veces por querer captar un momento no nos damos cuenta de las cosas que incluimos en el marco de la foto que estamos tomando. Es decir, no nos fijamos que tal vez hay un árbol en la lejanía que parece que está saliendo de la cabeza de uno de nuestros hijos. Esto se puede arreglar simplemente moviendo la cámara un poco y enmarcando la foto de diferente manera.