Nada es más preocupante que el hecho de que tu pequeño rechace la comida y que por más intentos que hagas, pareciera ser que nada funciona. Hay muchas causas por las que los niños no quieren alimentarse y se vuelven quisquillosos para comer. En ocasiones hacemos cosas sin querer o dejamos pasar otras tantas, que son las que interfieren para que coma con disposición y voluntad. Así que pon atención a estas 6 cosas que debes evitar.
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No te desconectes y observa si busca llamar tu atención debido a una etapa de cambios en su vida.
Quizá la sobrecarga de actividades te impida conectarte con él por momentos y es posible que los cambios que pueda estar atravesando, como la llegada de un hermanito por ejemplo, será un factor por el que busque atraer tu atención. Si está en una crisis de adaptación, toma cartas en ello.
No lo obligues a comer porque lo asociará con un momento desagradable.
La preocupación porque esté bien nutrido, puede llevarte a la obsesión de que coma de todo y se termine el plato completo. No siempre sucederá así, al contrario, percibirá tu estrés, rechazará la comida y el sabor de algunos alimentos podría resultarle aversivo. Quizá hasta vomite.
Evita darle porciones muy grandes cuando sientas que está comiendo menos que antes.
A partir de los 2 años, es normal que reduzca su apetito, es un periodo en el que aumentará su actividad física y su cuerpecito comenzará a estilizarse. No entres en pánico y quieras sobre compensar con más cantidad. Tu pequeño comerá lo que necesite en ese momento.
No seas tan radical y ofrece diferentes opciones para que pueda elegir y comer saludablemente.
Si tiendes a regirte por una lista inflexible de alimentos que “debe” comer porque lo nutren, se negará rotundamente por lo que es mejor que aprendas a variar las opciones. Quizá unas le gusten más que otras pero el hecho de que le permitas escoger, hará que coma mucho mejor.
Jamás lo engañes introduciendo comida nutritiva que aún no le gusta, diciéndole que es otro alimento.
Sé que con tal de que nuestros hijos coman, podemos ser capaces de decirles mentirillas piadosas como: “no es brócoli, solo son hojitas verdes que le dan mejor sabor”. Mejor háblale con claridad y se honesta para que puedan ir negociando porciones o alimentos.
Evita complacencias entre comidas ya que se sentirá satisfecho y no querrá comer a sus horas.
Los buenos hábitos alimenticios de los niños también están relacionados con los horarios de comida ya que esto ayudará a que tengan el apetito suficiente y así comerán de forma equilibrada y balanceada.