Nuestros niños pasan una gran cantidad de tiempo en sus habitaciones y una manera de ayudar a aliviar sus alergias es eliminar de allí todo lo que les pueda hacer mal. Aquí tienes las siete cosas que jamás deben estar en los espacios de pequeños alérgicos.
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Las alfombras de pared a pared son una mala idea.
Suelen ser un depositorio de ácaros de polvo y otros alergenos, y mientras más peludas son, peor es.
Los peluches no son amigos de los niños alérgicos.
Los únicos que deben estar en el cuarto son los que puedes lavar con agua muy caliente. Si hay alguno especial, pónlo en el congelador un rato todos los días. Los alergenos no sobreviven temperaturas extremas.
Las cortinas y otros textiles pesados deben ser eliminados.
Es mejor decantarse por persianas de plástico, que pueden ser limpiadas fácilmente todos los días.
Los niños alérgicos y los animales son una terrible combinación.
Sin embargo, es difícil saber exactamente qué es lo que de verdad le da alergia a un niño. No descartes darle la felicidad de una mascota sin hacerle una prueba con un alergólogo. Hay niños que son alérgicos a las aves, otros a los perros, pero no a los gatos y viceversa. Infórmate primero.
Tampoco te confíes en el concepto de los perros hipoalergénicos. Primero que le hagan las pruebas.
Las salidas de aire acondicionado y calefacción siempre deben estar impecable.
No te olvides de cambiar los filtros con regularidad. Todos tus esfuerzos serán en vano si los ductos están echando polvo al aire de la habitación.
Olvídate de plantas y flores.
Decorativas o naturales. Entre el polen y el polvo que pueden tener a su alrededor, sería malo y peor.
No le des tregua al polvo.
¡Es tan fácil que se acumule! Mantente alerta constantemente con paños húmedos y aspiradora.