Lo ideal sería que nuestros pequeños nacieran responsables, pero es un hábito que necesitamos inculcar. Hacerlo no es fácil, pues a veces se nos va la mano y parecemos militares, mientras que en otros momentos somos demasiado permisivos. Así que, para ayudarlos a desarrollar esta cualidad, sigue estos pasos.
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Muestra los beneficios con ejemplos
Depende la edad de tu pequeño, puedes utilizar un cuento, una fábula o una historia, para explicarle con ejemplos. Si es un adolescente, quizá puedes basarte en un caso real y palpable de un personaje exitoso y conocido.
Dale pequeños deberes
Si quieres que sea organizado y se plantee objetivos cuando sea mayor, es importante que te ayude con labores propias para su edad, bajo tu supervisión. Aun siendo pequeñito, haz que tenga participación en casa. Puedes decirle: "A ti te tocará poner los mantelitos en la mesa a la hora de la cena".
No hagas lo que pueden hacer por sí mismos
Tal vez cometes el gravísimo error de hacer las cosas por tu pequeño, ya sea con el propósito de ahorrar tiempo, querer ayudar o sobreprotegerlo. Comprende que la responsabilidad comienza con el esfuerzo, y permite que descubra sus capacidades y que las amplíe.
Hagan juntos un itinerario
Pueden ocupar un pizarrón blanco o un corcho de pared. Permítele que participe en la elaboración y elección de tiempos, para que se sienta tomado en cuenta. Puedes decirle: "¿En que horario entre las dos y las cinco eliges hacer tu tarea?". Siempre dale opciones demarcadas por ti.
Sé consistente con las normas
Evita dar un doble mensaje, o sea, molestarte porque no cumplió con una obligación, pero pasarlo por alto al otro día sin ninguna consecuencia. Las normas se aplican por igual en todas las circunstancias.
Enséñalo a que no culpar a los demás
Es muy común que los niños culpen a otros con la intención de evitar el regaño. Cuando lo haga, pregúntale lo siguiente: "¿Qué pudiste haber hecho diferente para que tu compañero no te rayara la tarea? o ¿cómo pudiste haber evitado que te escondieran el cuaderno?".
Enséñalo a ponerse límites
En la formación del hábito, tu hijo puede decirte a todo que sí. Sin embargo, si no lo hace, eso puede generarte mucha frustración, por lo que el grito y el regaño podrían hacer su aparición. Cuando se comprometa con algo, pregúntale: "¿Qué harás si no cumples con lo que te pedí?". Déjalo que responda.
Predica con el ejemplo
Recuerda que los niños aprenden por imitación, y hay que ser un buen modelo a seguir. Pedir responsabilidad implica que lo observen en ti, así que cumple con todos tus compromisos en la medida que sea posible, sobre todo cuando estés frente a ellos.
Reconoce sus conductas responsables
Si tu pequeño se siente reconocido en su esfuerzo y progreso, se sentirá alentado y motivado a continuar siendo responsable. Si de lo contrario siente que solo te fijas y señalas lo malo o lo que no hace, puede desalentarse. Evita decir: "Vas muy bien, pero te falta más".