8 Señales de que tus hijos están madurando y no hay vuelta atrás

Cuando tus hijos cumplen 9 han cruzado la primera infancia y se vuelven más filosóficos tratando de entender cómo funciona el mundo. Comienzan con sus primeras crisis y preguntas existenciales. Mi hijo casi siempre me pregunta sobre los misterios de la vida y la muerte o de la justicia e injusticia, un indicativo de que ha comenzado con aquello que los psicólogos llamamos la edad del no retorno. ¡Checa las señales!

Lee más en ¿Qué más?: 9 respuestas para esas preguntas de tus hijos que no sabes como contestar.

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Ya no hay regreso a lo que había antes

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La etapa de dependencia total ha sido superada, ahora comienza con un criterio y mamá deja de ser la princesa del cuento y papá ya no es tan súper héroe como lo había creído antes. No te desesperes, sólo está analizando las cosas de forma diferente así que acepta que ya no depende totalmente de ti.

Cuestiona la justicia: Mamá porque tú sí… y yo no…

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Odia el hecho de sentirse inferior ante el mundo de los adultos y no le gusta ser descalificado por el hecho de ser niño. Cree que los adultos tienen privilegios que no se ganan o que siente incongruentes: "¿Por qué tú te desvelas y yo no puedo?" Explícale con paciencia, aquí no cabe el famoso porque lo digo yo*.*

Sus dudas son más profundas: ¿mamá, existe Dios?

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Quiere saber el origen de la existencia, comienza a atar cabos y necesita respuestas que lo hagan sentir tranquilo. Para que logre entenderte mejor, necesitas poner ejemplos y usar material didáctico para que pueda ir aclarando poco a poco sus dudas, no basta con explicaciones.

Viven sus primeros acercamientos a la soledad

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Por momentos se sentirá incomprendido y querrá aislarse un poco, en otros necesitará tu cercanía para fortalecer su sentido de seguridad. Tú como madre tienes un instinto que te conectará con su verdadera necesidad. No lo hostigues cuando quiere estar solo pero tampoco lo abandones cuando necesite de ti.

Puede preguntarte o pensar que es adoptado

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Comienza a cuestionarse si lo quieres o no y puede surgirle la duda de si realmente pertenece a la familia, es una idea muy común en los pequeños de esta edad. Muéstrale fotos de tu embarazo, la huella de su piecito en la hoja del hospital y cuéntale lo que hacías cuando estabas embarazada.

Te cuestiona en todo momento si la quieres o no

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Recuerda que no basta con las palabras, sólo enumerarle todos los momentos que han pasado juntos(as) y con cuales hechos le has demostrado tu amor. Y dile: "Yo te amo porque te acuerdas cuando… eso que hago por tí es amor".

Quiere tomar distancia

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Notarás como ya no quiere acompañarte a lugares donde antes iba con mucho gusto, quizá quiera encontrar su propio espacio. Se flexible y evita obligarlo en la medida de lo posible, mejor haz uso de los acuerdos: "No puedo dejarte solo, no hay quien te cuide, la próxima vez veremos si la abuela puede cuidarte".

Cambios en su estado de ánimo

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Como el tema de las injusticias está muy latente, es posible que se enfurezca de la nada y sienta que los mayores –hermanos, primos, padres, maestros- están tomando ventaja y esto lo lleva a sentir frustración. No te desesperes, enséñalo a expresar sus emociones sin que te falte al respeto y ponle limites.