5 Retos alimenticios que podrías enfrentar con tu hijo pequeño y cómo superarlos

Mi hijito de 2 años come súper bien, y lo ha hecho desde que comenzó a comer sólidos a los 4 meses. No lo digo para presumir, lo digo porque aunque le encanta la comida y no es meticuloso, esta etapa trae consigo algunos retos a la hora de comer. Cuando los bebés comienzan a movilizarce, creo que las frustraciones con los alimentos se hacen una realidad. Aquí van algunos de los retos que seguramente enfrentarás al darle de comer a tu pequeño, junto con mis consejos de mamá para superarlos. 

Más en MamásLatinas: 8 Smoothies buenísimos para el cerebro de tus hijos

Antes que nada, creo firmemente que si desde el principio le das alimentos de mesa a tu bebé, cosecharás los frutos cuando tengan 1 ó 2 años más. Lo cual quiere decir, que excepto si hay alergias a alimentos, debes hacer las comidas en familia una prioridad, modelar prácticas de alimento saludables, y servirles a todos tus hijos la misma comida que tú comes o una versión de la misma apropriada para su edad. Tu hijo pequeño no tiene por que comer "comida de niños" como deditos de pollo o macarrones con queso de caja. 

Reto no. 1: Tu hijo solamente quiere comer ciertos alimentos. Resiste las ganas de insisterle que pruebe alimentos nuevos. Cuando sirvas la comida procura incluir uno o dos alimentos que sepas que tu hijo sí comerá. Asegúrate que lo demás luzca y huela rico, y ten en cuenta que si no prueba nada o lo prueba pero no le gusta, igual hay algo en su plato que le llenará la pancita. Y recuerda que a veces toca probar un alimento una docena de veces antes que un niño pequeño adquiera el gusto de una comida nueva. 

Reto no. 2: Tu hijo pequeño come un poquito a la vez. ¡No te preocupes! De hambre no se va a morir. El comerá lo necesario mientras tenga hambre. Con tal de que le ofrezcas de comer a intervalos regulares durante el día, tú hijo tendrá muchas oportunidas para ingerir las calorías necesarias. Procura no calmar, callar o entretener a tu hijo con comidas — sin querer lograrás quitarle el hambre antes de que sea hora de comer. 

Reto no. 3: No logras que tu pequeño se quede sentado a la mesa. Todos sabemos que es importante enseñarle buenos modales a nuestros hijos, pero este es un processo lento y constante. A veces podemos ser poco racionales con nuestras expectativas. La mayoría de niños pequeños no pueden quedarse sentados en el mismo lugar más de 15–20 minutos a la vez. Yo sugeriría quedar conforme con 10 minutos para los más chiquitos, y más mediante va creciendo. Al pasar los 10 minutos, si tu hijo quiere bajarse de la mesa o dice que terminó, deja que se baje. Puedes avisarle que puede regresar si quiere más, pero no lo fuerces. 

Reto no. 4: Tu hijo se ensucia mucho cuando come. Los niños pequeños suelen ensuciarse y ser desordenados mientras sus habilidades motoras se desarrollan. Puede ser fastidioso tener que limpiar toda superficie en la cocina o el comedor, pero casi siempre lo hacen inocentemente y no por portarse mal. Hasta a pequeños más grandes les gusta comer con las manos. Si tu hijo está tirando o regando comida adrede, seguramente ya no tiene hambre. Bájalo de la mesa, límpialo y ofrécele comida más tarde. Sé consistente y haz lo mismo cada vez que haga un reguero con la comida a propósito. Con el tiempo aprenderá que ese comportamiento no es permitido. 

Reto no. 5: Tu hijo tiene problemas con las texturas. Muchos niños rechazan ciertas comidas por su textura. Esto no indica que a tu hijo no le guste el sabor de dicho alimento, así que no te des por vencida. A menos que se diagnostique un problema sensorial, a muchos niños se les pasa. Mientras tanto, intenta maneras diferentes de preparar y cocinar los alimentos de modo que produzcan consistencias más agradables para ellos. Mi hijo a veces escupía el calabacín, hasta que le serví crujientes "papitas" de calabacín horneadas, y se las devoró.