Como dicen por ahí: "Los niños no nacen con un libro de instrucciones". Sin embargo, los consejos de otras madres podrían ayudar a las mamás primerizas a saber qué hacer o no al cuidar a sus bebés. Por eso quiero compartir los míos, en específico los errores más comunes que muchas cometemos, para que así los puedas evitar.
Instinto materno
Cuando nuestros bebés nacen, con ellos aparece nuestro instinto materno. Es ese sexto sentido que te permite saber si tu bebé necesita algo. Cuando no confías en tu instinto, no te estás permitiendo entender a tu bebé. Deja que tus sentidos te sirvan de guía, y confía en tu instinto.
La cuna
Quieres estimular su cerebro y mantenerlo entretenido con juguetitos en la cuna. Eso lo entiendo a perfección. No obstante, a veces estos mismos objetos pueden ser los enemigos de tu bebé. Los peluches pueden causarle asfixia y los móbiles se pueden caer, ocasionándole un golpe. Mantén la cuna segura, y así evitarás tragedias.
El silencio
Algunas nos obsesionamos con el silencio, pues no queremos que los ruidos levanten al bebé. Tiene lógica, pero lo malo de esto es que tu hijo puede que se acostumbre tanto al silencio, que no logre dormir en ambientes más cargados o, simplemente, con un televisor encendido. Acostúmbralo a los ruidos desde que nace, y así todos dormirán mejor.
El padre
A veces creemos que somos las únicas que entendemos a nuestros bebés. Eso podría ser cierto, especialmente, si no le permites al padre ser parte del cuidado del recién nacido. Deja que se integre a la rutina del bebé, y verás cómo poco a poco aprenderá todo lo que sabes, y comenzará a desarrollar sus propias maneras. A corto y a largo plazo, esto les conviene a los tres.
La histeria
Cuando nos convertimos en madres, solemos encender el radar de la sobreprotección. Está muy bien estar atentas. Sin embargo, no debes caer en la histeria. O sea, que si a tu bebé le sube un poco la temperatura por fiebre, no salgas corriendo al hospital más cercano. Mejor, monitoréalo muy de cerca, y consulta todo lo que te preocupe con tu pediatra.
Leche materna
Hay quienes piensan que la leche materna no es suficiente para el bebé. A pesar de que la producción de la madre es muy baja en los primeros días, esta cantidad es la que la criatura necesita. Además, mientras más lo lactas, más leche producirás.
Bañarlo
Así como hasta los adultos no tienen que bañarse todos los días (aunque a casi todos nos gusta hacerlo a diario), los bebés tampoco lo necesitan. Lo importante es que sus partecitas siempre estén limpias, pues podrías bañar su cuerpo entero entre tres o cuatro veces a la semana. Así también evitas causarle una dermatitis atópica.
Sus dientes
Tal vez piensas que no es necesario limpiarle los dientes, pero por más pequeños que sean, es importante hacerlo. Puedes usar una gasa para limpiar sus encías y un cepillito para los dientes, tanto por la mañana como por la noche.
Al abrigarlo
Por supuesto que hay que abrigarlo cuando el clima lo amerita. Si sus pies y manos están fríos, entonces hazlo, pero si su cabeza suda, mucho ojo con cómo lo vistes. Además, recuerda que si lo cargas, le transmitirás calor con tu cuerpo; al igual que si lo acuestas en el coche, la temperatura pudiese estar más caliente de lo que piensas. Así que, fíjate también en el ambiente donde lo vas a tener, antes de abrigarlo.
Su desarrollo
Que si el bebé no gatea, que si el de fulana ya dijo "mamá", que si esto, que si lo otro. Tranquila, todo bebé alcanza su peldaño de una manera muy única. Por eso, te sugiero que no compares a tu bebé con el de otros. El único que debe comparar el desarrollo de tu hijo es su pediatra.
La higiene
Todas queremos evitar que nuestros bebés se enfermen, y a veces esterilizamos las botellas y hasta otros objetos con este fin. Sé muy estricta solo durante sus primeros tres meses de vida. Luego, permite que se exponga a los gérmenes en su diario vivir, pues es la única manera que comenzará a crear anticuerpos.
Tu sueño
Te lo dirán miles de veces: "Duerme cuando el bebé duerme". Si eres de las que no le hace mucho caso a ese consejo, y por el contrario prefiere ponerse al día con las tareas del hogar durante ese tiempo, permíteme pedirte que por favor lo tomes con seriedad. Es que la falta de sueño es capaz de cambiar grandemente tu estado de ánimo, causando que estés intolerante, malhumorada y hasta deprimida. No hay nada como el descanso para recuperar y sentirte bien.
