Después de un abuso sexual, los daños psicológicos son fatales, el pequeño puede sentirse desprotegido, avergonzando, con miedo a ser castigado y sintiéndose terriblemente indefenso ante una situación que aún no es capaz de controlar. Puede sentirse malo, sucio y hasta merecedor de un castigo. Es importantísimo que como mamá estés alerta y ante cualquier sospecha, acudas con un especialista para que te oriente.
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Imagen vía Corbis
Representa actos sexuales al jugar
Aunque no entiende lo que le está pasando, repite la vivencia por imitación y debido a que es pequeñito lo hace a través de sus juegos diarios reviviendo el evento a través de sus muñecos.
Enuresis y conductas regresivas
Regresa a fases anteriores de su desarrollo y puede hacerse pipí o popó aún cuando ya había superado esta etapa. Inclusive puede chuparse el dedo o volver a hablar como bebé.
Evita el contacto físico con exageración
Puede ser intolerante al acercamiento físico y prefiere guardar distancia, reacciona de forma inesperada y exagerada ante una caricia o un roce. Puede tensar sus músculos y manifestar mucho miedo.
Miedo a que los desvistan para bañarse
La situación de abuso lo lleva a asociar la desnudez con agresión y con incomodidad, por lo que puede notarse sumamente nervioso y tenso en el momento del baño.
Pesadillas frecuentes
Al estar en un estado de alerta constante debido al riesgo y peligro que siente, su sueño puede verse alterado y por lo tanto las pesadillas pueden ser recurrentes.
Negativa rotunda a estar con sus cuidadores
Tiene temor de quedarse con la persona que lo cuida ya sea en la guardería, colegio o quizá un familiar. Puede llorar, hacer berrinche o suplicarte-sin decirte el motivo- que no lo dejes solo.
Se aísla socialmente
Deja de jugar con sus amiguitos, pierde todo interés en la convivencia y está aislada o con apatía la mayor parte del tiempo.
Pone apodo a sus partes íntimas
Le cuesta trabajo mencionar por su nombre las partes de su cuerpo, además de que puede hacerlo con mucha frecuencia- principalmente refiriendose a sus genitales-.
Dibujos cargados de agresión
Las emociones contenidas buscaran salida y debido a que es pequeño, la descarga encontrará fuga a través de los dibujos que haga y los notarás con mucha carga agresiva.
Ansiedad y dependencia excesiva
No quiere despegarse de mamá, necesita estar a tu lado todo el tiempo y prácticamente siguiendo tus pasos para sentirse seguro y libre de riesgo.
Señales físicas de lesión
Pueden notarse marcas extrañas en su cuerpo, moretones, dificultad para caminar o sentarse, e irritación inexplicable en su zona genital.
Cambios drásticos en el apetito
El descontrol y la ansiedad que le produce, tiene efectos en sus hábitos alimenticios por lo que deja de comer o come muy poco.