Un error que cometen muchas madres, es pensar que a menos que su hijo sea un Mozart, no hay motivos para inscribirlo en clases de música. Eso no puede estar más alejado de la realidad, porque aun si en el futuro tu pequeñito no se va a desempeñar como productor, músico o cantante, lo cierto es que hay muchas razones por las que la música lo puede beneficiar. Acá las comparto contigo.
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Mejores estudiantes
Se ha comprobado que los niños que estudian música obtienen mejores calificaciones que los demás, especialmente en matemáticas. Aprender a leer partituras y calcular tiempos les ayuda a tus hijos a dividir, crear fracciones y reconocer secuencias.
Desarrolla las habilidades físicas
Aprender a tocar instrumentos les ayuda a desarrollar la coordinación, pero no solo eso, hacer música implica hacer uso de los oídos, los ojos, y las extremidades, por lo que es un pasatiempo ideal para los niños con mucha energía.
Desarrollo del lenguaje
Hacer música estimula el desarrollo del lado izquierdo del cerebro, que es la parte encargada de procesar el lenguaje. Es por ello que los niños que estudian música tienen mayor habilidad para identificar sonidos.
Cultiva las relaciones sociales
Crear música requiere colaboración y trabajo en equipo. Cuando los niños son parte de un grupo musical, deben ajustarse al colectivo, de forma que su instrumento esté en sintonía con la melodía, una actitud que se puede trasladar a su comportamiento en la sociedad.
Les enseña disciplina y paciencia
Hablando desde la experiencia personal, sé que aprender a tocar un instrumento, o hacer música en general no es fácil. Requiere muchas horas de práctica, paciencia y compromiso, ya que los resultados esperados pueden tomar mucho tiempo en llegar.
Los familiariza con otras culturas
Los instrumentos y sonidos de la música tienen una extensa historia que se extiende a lo largo del mundo, y mediante su estudio, los niños se pueden familiarizar con otras culturas, lo que seguramente les permitirá tener una mente abierta en el futuro.
