Una de las labores de ser mamá es proteger a tus hijos creando para ellos ambientes saludables que no atenten contra su salud física, mental y emocional. Necesitas abastecer las condiciones adecuadas para que crezcan y se desarrollen de manera sana y es por eso que te cuento cuáles son las siete atmósferas tóxicas que debes evitar para ellos.
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Imagen vía Corbis
Adicciones durante el embarazo
La salud de tu bebé está primero, si consumes tabaco u otras sustancias puedes dañar su desarrollo y provocar daños irreversibles. Considera que es importante un embarazo saludable.
Riesgos ambientales
Toma en cuenta su susceptibilidad, su sistema inmunitario, digestivo y nervioso está aún en desarrollo y no debes exponerlos a lugares donde los alimentos sean de mala calidad o el aire y agua estén contaminados, o donde estén expuestos a sustancias químicas.
Traumatismos no intencionados
Accidentes de tráfico, caídas, quemaduras, ahogamientos … ¡evita estos riesgos! De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, un 20% de todos los traumatismos ocurren en niños menores de 15 años entrando dentro de las 10 principales causas de muerte.
Cuando eres excesivamente permisiva
Los límites son necesarios para la formación de hábitos y valores en tus hijos. Ser una buena madre no implica dejar de lado las normas, no confundas la flexibilidad y la comprensión con el hecho de consentirlos demasiado y permitirles todo.
Cuando le impides jugar
No los apures a crecer, la imaginación de los niños se desborda y ayuda al desarrollo de su inteligencia, sus habilidades y sus destrezas, puedes atrofiar sus capacidades si los limitas en la manifestación de su creatividad
Cuando reprimes sus emociones
No menosprecies las preocupaciones de tus hijos, aprende a escucharlos, a entenderlos y ayúdalos a encontrar el camino para resolver sus retos. Todo comienza con la compresión y la auto comprensión de lo que siente.
Cuando no predicas con el ejemplo
Si quieres fomentarle valores, es importante que se los ejemplifiques todos los días con acciones. No basta con enseñarles de palabra, tu hijo notará tus actos y aprenderá de ellos.