Creo que lo más emocionante de la Navidad son los preparativos. ¡Tanta luminosidad, tanto brillo, tanta vida! ¿No crees que es una época maravillosa? Y lo mejor es que cuando involucras a tus hijos en la decoración del árbol, tu hogar se llena de ese espíritu de unión que fortalece los lazos y de paso les ayudas a fortalecer su desarrollo emocional y mental. Sigue leyendo y te cuento por qué.
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Al todos poner de su parte en la decoración, tu familia entera puede vivir un momento muy grato donde el lazo se refuerza y la unión prospera. Lo mejor es que hasta los más chiquitos pueden participar dándoles labores más simples pero que aún los hagan sentir que están colaborando.
Entre las cosas que podrán aprender están el tener que tomar decisiones, el llegar a acuerdos y el trabajar en turnos. Pero hay muchos otros más, así que sigue leyendo para que te enteres y recuérdalos mientras que estén decorando juntos.
Fortaleces la unión familiar y la unión prospera.
Cuando todos se dirigen hacia el mismo objetivo, lo imaginan y hasta lo palpan, desaparecen las rivalidades y las competencias. Tu familia entera puede vivir un momento muy grato donde el lazo se refuerza y la unión prospera.
Desarrollas su capacidad de integración donde las decisiones se toman en familia.
Al convocarlos a esta actividad, les das oportunidad de saber que son tomados en cuenta y que son parte importante en las decisiones familiares, así aumentas su sentido de pertenencia y seguridad para poderse integrarse sin temor al rechazo.
Fomentas el trabajo en equipo cuando todos tienen algo que contribuir.
Todos ponen su toque en la decoración. Con su ayuda aportan su esencia para lograr el objetivo final: "Un árbol colorido y lleno de vida". Esto es lo que finalmente le da identidad al espíritu navideño que ronda en tu casa.
Aprenden a dar y a recibir opiniones aunque no estén de acuerdo en todo.
La participación los incita a dar ideas y sugerencias y lo más importante es que cuando quieren imponer una opción, invariablemente tendrán que acordar para llegar a un consenso familiar y actuar democráticamente.
Aprenden a llegar a acuerdos que satisfagan a todos.
El árbol, los colores, las formas, los arreglos, las esferas. Todo esto implica forzosamente una elección. Para formular una sugerencia, tus hijos necesitan tomar la batuta de una decisión.
Aprenden a trabajar por turnos y animarse mutuamente.
Esperar su turno de opinar, sugerir o intervenir es algo que fortalece su tolerancia y su paciencia. Además de que aprenden que las opiniones de otros también son valiosas.
Fomentas el seguimiento de instrucciones tanto en grandes como en chicos.
Su participación requiere de pasos a seguir y cuando le das indicaciones para hacer el armado y la decoración, estás fortaleciendo su capacidad de escucha, de atención y de concentración para seguir las instrucciones.
Fomentas la creatividad y la inovación.
Cuando tus hijos hacen uso de su imaginación, pueden llevar a cabo sus ideas, y por muy descabelladas que parezcan, te darás cuenta que lo realmente importante es que se atrevan a proponer y a innovar.
Se siente el calor de hogar en una época que de lo que se trata es del amor y la familia.
Definitivamente los preparativos de navidad son todo un ritual que se disfruta. Cada momento creas una atmosfera de alegría familiar lleno de convivencia, risas y afecto.