Al principio de mi maternidad tuve que lidiar con los prejuicios de la gente cuando me decían: ¡pero si para ti es sencillo, tu eres psicóloga y seguro sabes manejar a la perfección los asuntos de tus hijos!. Me sentía muy estresada al tener los reflectores encima y con el tiempo decidí elegir entre tener todo bajo control y "ser perfecta" o fluir y "disfrutar cada etapa de mis hijos". Aquí te cuento los diez consejos que puse en práctica.
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Imagen vía Corbis
Deja de perseguir el polvo
Todos los días recuerdo las palabras sabias de mi padre quien siempre me dice: Tus hijos serán pequeños una vez en la vida, así que no desperdicies el tiempo persiguiendo el polvo, mejor aprovéchalo jugando con ellos, riendo con ellos, haciendo travesuras con ellos.
Juega con ellos a las tareas domésticas
Inclúyelos; para hacer la cena pueden jugar al restaurante o para separar la ropa y meterla a la lavadora pueden jugar a la lavandería. Desde que tu hijo camina, ya puede ser capaz de seguir pequeñas instrucciones y apoyarte con actividades propias de su edad.
Suelta el control
Libérate de toda expectativa de perfección intentando inculcar los hábitos y valores de una forma diferente. Ríe, juega en el pasto, actúa los cuentos y usa tu energía infantil para conectarte disfrutando lo que les enseñas.
Divide tus tareas en partes
No quieras terminar todo al mismo tiempo y si el tiempo con tus hijos encabeza la lista de prioridades, prepárate mentalmente para aceptar el hecho de que una tarea que antes realizabas en una hora quizá hoy día te lleve tres horas, pero lo vale con tal de disfrutar a tus pequeños.
Marca lugares permitidos para el desorden
El caos no tiene por qué ser en toda tu casa, es importante que tus hijos y tu pareja sepan cuáles son los espacios que deben respetar y dejar intactos y en cuáles pueden hacer desorden para después ordenarlo quizá jugando.
No satures de actividades extra escolares
Definitivamente necesitas equilibrar los tiempos, toma en cuenta que la mente y el cuerpo de "todos" necesita descansar y eso te incluye a ti. Si todos están cansados, lo menos que querrán será convivir y verse bostezar los unos a los otros.
Alimenta la relación de pareja
Esto es casi una ley: "cuando tu relación está en riesgo, la familia entera puede sufrir las consecuencias", así que asegúrate de tener el tiempo necesario para pasarlo juntos y "solos", libérate unas horas de las labores maternas y disfruta la convivencia con él.
Duerme
Si descansas lo suficiente, tu estado de ánimo será positivo, además de que esto te permitira tomar buenas decisiones y estar más tranquila durante el día.
Haz las actividades que más te gusten
Ser madre no implica que no puedas hacerte espacios para realizar las actividades que te agraden, desde tomar el café con una amiga, hasta hacer deporte o leer un libro. Pide apoyo a tu pareja y ocupa al menos una hora a la semana para hacerlo.
No sueltes los objetivos que tenías antes de ser madre
Ser mamá no está peleado con el crecimiento personal, si bien es cierto que requiere pausas o renuncias temporales, no implica que las metas no se puedan lograr. Necesitas tener paciencia y saber esperar pero siempre convencida de que hay un tiempo en el que las podrás lograr.