Si lidiar con las hormonas, la falta de sueño y la recuperación tras el parto no son suficientes, algunas mujeres también tenemos que añadir esos pequeños accidentes que son tan molestos. No hay nada de qué avergonzarse, amiga. Acá te comparto algunas cositas que aprendí sobre la incontinencia.
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Imagen vía Corbis
¿Por qué me pasa?
La incontinencia después del parto afecta a cerca del 30 por ciento de las mujeres, y en general, se produce por el debilitamiento de los músculos del piso pélvico que se estiran debido al peso del bebé, y por supuesto, después de empujar durante un parto natural.
¿Cuánto dura?
Puede tardar de tres a seis meses, pero a veces más. En mi caso, después de 12 meses todavía tengo accidentes esporádicos.
Evita riesgos
Hasta que no estés completamente segura de que el problema ha desaparecido, trata de utilizar siempre toallas sanitarias y lleva alguna a mano en caso de emergencia.
Ejercicios de Kegel
Ya sé que lo último que se nos cruza por la cabeza después de tener un bebé es ejercitarnos, pero los ejercicios de Kegel trabajan los músculos del piso pélvico y son muy efectivos en los casos de incontinencia. Se recomienda hacerlos tres veces al día por lo menos durante tres meses.
Perder peso
Esas libras de más le colocan más presión a tu vejiga.
No esperes
¿Has visto esas caricaturas en la televisión para los niños que están aprendiendo a ir al baño?. Una de ellas termina con la frase: “No esperes para ir”. Pues lo mismo aplica para las mujeres con incontinencia…
No dejes de tomar agua
Hay que seguir bebiendo agua para no correr riesgo de deshidratación y más aún si estás amamantando. Eso sí, intenta no beber nada de dos a cuatro horas antes de acostarte para evitar accidentes.
Evita otros líquidos
El café, las sodas y el alcohol pueden irritar tu vejiga y hacer más difícil la tarea de controlar la orina.
Nada de tampones
Aunque las toallas sanitarias son indispensables, los tampones están totalmente prohibidos después del parto. Además, tampoco sirven porque no bloquean la salida de la orina.
Asegúrate que no sea una infección
En algunos casos la incontinencia puede estar asociada a una infección. Si notas un olor fuerte, te duele al ir al baño, te urge ir más seguido o tienes fiebre, consulta con tu médico para descartar una infección.